Dino y la Aventura del Baño
En un bosque antiguo, habitaba Dino, un dinosaurio muy travieso y también muy cochino. A Dino le encantaba revolcarse en el lodo y jugar con los animales del bosque, pero odiaba bañarse.
Su mamá, una dinosauria sabia y cariñosa, siempre le recordaba lo importante que era mantenerse limpio para estar sano. "Dino, ¡es hora de bañarse!" le decía su mamá, pero Dino siempre encontraba una excusa para no hacerlo.
Un día, cansada de los juegos de su hijo, su mamá decidió llevarlo a la ducha a pesar de sus protestas. Dino se resistía con todas sus fuerzas, pero su mamá, con amor y paciencia, logró meterlo en la ducha.
Al principio, Dino estaba muy molesto, pero conforme el agua tibia caía sobre su piel, comenzó a sentirse bien. Su mamá le mostró cómo lavarse adecuadamente, mientras le explicaba la importancia de la higiene para mantenerse saludable y no incomodar a los demás.
Dino, sorprendido, comprendió que bañarse no era tan malo como pensaba. A partir de ese día, Dino comenzó a bañarse regularmente y a cuidar su higiene, sintiéndose mucho mejor.
Además, descubrió que estar limpio le ayudaba a acercarse a otros animales del bosque, que antes se alejaban por su olor. Dino aprendió que, a pesar de ser divertido jugar en el lodo, era importante mantenerse limpio para ser feliz y tener amigos.
Desde entonces, Dino se convirtió en un ejemplo para los demás animales del bosque, demostrando que cuidar de uno mismo es una muestra de respeto y amor hacia los demás.
FIN.