Dino y sus Zapatos Mágicos
Érase una vez en un bosque lleno de colores, un pequeño dinosaurio llamado Dino. Era un dinosaurio chiquito, con una cola corta y un gran corazón. Su gran sueño era ser tan rápido como los dinosaurios más grandes, pero su tamaño a menudo lo hacía sentir inseguro.
Un día, mientras exploraba, Dino encontró algo extraño en el suelo. "¿Qué será esto?"- se preguntó mientras se agachaba a recogerlo. Era una zapatilla brillante que parecía tener un brillo mágico.
"¡Hola!"- dijo la zapatilla. Dino se quedó atónito. "¿Una zapatilla que habla? Nunca vi algo igual"-.
"Soy Zapa, la zapatilla mágica. Te daré la velocidad que tanto deseas, pero primero debes aprender a ser valiente y creer en ti mismo"-.
Dino miró la zapatilla, pensando en su sueño. "Si pudiera correr rápido, podría jugar con los otros dinosaurios..."-
Zapa continuó, "Así es, pero antes de ponerte, debes enfrentarte a tus miedos. Oriente y Norte, los dos dinosaurios más grandes del bosque, no creen que puedas hacerlo. ¿Te atreverás a demostrarles lo contrario?"-
Dino sintió un cosquilleo de nerviosismo. "No sé si tengo la fuerza para enfrentarme a ellos"-.
Zapa sonrió. "Tienes más fuerza de la que imaginas, Dino. Solo necesitas creer en ti mismo. ¡Vamos!"-.
Con un gran empujón de valor, Dino se dirigió a la pradera donde Oriente y Norte estaban jugando. Cuando se acercó, los dos dinosaurios miraron con curiosidad.
"Mirá, ahí viene el pequeño Dino. ¿Qué quieres, unirte a nuestro juego de carreras?"- se burló Oriente.
Dino respiró hondo, "Sí, quiero hacerlo. Pero necesito ayuda. Tengo esta zapatilla mágica que puede darme velocidad"-.
Norte se rió. "¡Por favor! Como si una zapatilla te pudiera hacer correr rápido"-.
Pero Dino no se rindió. Entonces se acercó a Zapa, "¿Me ayudas?"-
"Claro que sí, Dino. Ponme y corre tan rápido como tu corazón te lo diga"- respondió Zapa.
Dino se puso la zapatilla y sintió su energía. Cerró los ojos y deseó tener toda la velocidad del mundo. Cuando los abrió, ya estaba corriendo. ¡Era más rápido que el viento!"¡Mirá, estoy corriendo!"- gritó emocionado, mientras dejaba atrás a Oriente y Norte.
Los otros dinosaurios no podían creer lo que estaban viendo. "¡Eso es impresionante!"- dijo Norte. "¿Cómo lo hiciste, Dino?"-
Dino sonrió, "Gracias a Zapa, la zapatilla mágica, y porque decidí creer en mí mismo"-.
Oriente y Norte se quedaron en silencio, asombrados. "Quizás no deberíamos haberte subestimado"- admitió Oriente.
Después de esa carrera, los tres dinosaurios se hicieron amigos. Dino aprendió que no importaba su tamaño y que con confianza y amistad, podía hacer cosas maravillosas.
Zapa se convirtió en su compañera de aventuras y juntos exploraban nuevos lugares, siempre recordándole a Dino ser valiente y creer en sí mismo. Y así, cada día en el bosque, Dino se convirtió en un pequeño gran héroe.
FIN.