Dinosaurio Niño y el misterioso huevo de dragón



Dinosaurio Niño era un pequeño triceratops muy curioso y travieso que vivía en la prehistoria. Un día, mientras se dirigía a la escuela, se topó con un misterioso huevo brillante, más grande que él.

Sin pensarlo dos veces, decidió llevárselo a casa escondido en su mochila. Al llegar a su cueva, Dinosaurio Niño puso el huevo en un lugar cálido y seguro, y esperó ansioso a que algo sucediera.

Al cabo de unos días, el huevo comenzó a agrietarse, y para su asombro, de él salió un pequeño dragón. Al principio, Dinosaurio Niño y el dragón se miraron con recelo, pero pronto se hicieron amigos.

Juntos, vivieron emocionantes aventuras y aprendieron el valor de la amistad y el respeto por las diferencias. Sin embargo, la noticia de la existencia del dragón se esparció rápidamente por toda la prehistoria, y pronto se vieron en problemas. Muchos habitantes del mundo prehistórico, asustados por la presencia del dragón, quisieron expulsarlo del lugar.

Dinosaurio Niño y su amigo dragón tuvieron que demostrar que la convivencia pacífica entre especies era posible, y con valentía lograron cambiar la mente de los demás.

Desde ese día, Dinosaurio Niño y el dragón se convirtieron en defensores de la armonía en la prehistoria, demostrando que la amistad y el respeto pueden vencer cualquier obstáculo.

FIN.

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