Diseñando mi camino



Había una vez una joven llamada Juli, quien era diseñadora de profesión y siempre estaba feliz. Su pasión por el diseño la llevó a crear las más hermosas piezas de arte que se pudieran imaginar.

Un día, Juli recibió una invitación muy especial para asistir a una gala en honor a su trabajo como diseñadora. Emocionada, comenzó a prepararse para la gran noche.

Se puso un vestido largo y elegante, se peinó y maquilló con cuidado y finalmente agregó un detalle muy importante: utilizó sus habilidades en letering para escribir en su muñeca "Sé tú misma". Cuando llegó al evento, Juli se encontró rodeada de personas importantes del mundo del diseño.

Pero mientras observaba atentamente los diseños expuestos en la galería, notó algo extraño: todos parecían iguales. Las mismas formas, los mismos colores y las mismas ideas repetidas una y otra vez. Juli decidió hacer algo diferente.

Comenzó a dibujar lo que sentía en ese momento: flores coloridas con formas curvas y líneas que expresaban libertad. Los demás invitados quedaron impresionados por su obra única e innovadora.

Fue entonces cuando Juli escuchó detrás de ella:- ¡Qué diseño tan raro! ¿Quién haría algo así? Era alguien burlándose de su trabajo. Pero Juli no dejó que eso la desanimara. En cambio, decidió seguir siendo fiel a sí misma y continuar creando diseños únicos e inspiradores.

La noche continuo avanzando hasta llegar al momento más esperado: la entrega del premio al mejor diseñador del año. Todos esperaban que el ganador fuera uno de los diseñadores más famosos y exitosos del evento. Pero para sorpresa de todos, el premio fue otorgado a Juli.

- ¡Felicitaciones, Juli! - dijo el presentador-. Tu trabajo es innovador y único en su clase. Es un verdadero ejemplo de creatividad y originalidad. Juli subió al escenario con una gran sonrisa en su rostro.

Miró hacia la multitud, se quitó la pulsera que llevaba en su muñeca y mostró las palabras "Sé tú misma". - Este es mi lema -dijo Juli-.

Quiero inspirar a otros a ser fieles a sí mismos, incluso si eso significa ser diferentes. Todos aplaudieron emocionados mientras Juli recibía su merecido reconocimiento. Desde ese día, sus diseños comenzaron a ser valorados por lo que eran: obras únicas e inspiradoras creadas por alguien que siempre se mantuvo fiel a sí misma.

La moraleja de esta historia es simple pero importante: nunca tengas miedo de ser diferente. Siempre debes seguir siendo fiel a ti mismo y hacer lo que te hace feliz.

Solo así podrás crear algo verdaderamente único e inspirador como lo hizo Juli esa noche en la gala del diseño.

FIN.

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