Diversión bajo la lluvia


Juan se despertó muy temprano el sábado por la mañana, emocionado por el día que le esperaba. Había sido invitado a una jornada de juegos colectivos en el parque junto a sus compañeros de escuela.

Al llegar al parque, Juan se encontró con un grupo de niños y niñas muy animados. Todos estaban dispuestos a pasarla bien y disfrutar del día juntos. - ¡Hola Juan! - lo saludó su amigo Marcos.

- Hola Marcos, ¿qué vamos a hacer hoy? - Vamos a jugar varios juegos colectivos, como carreras en saco, relevos y fútbol. También crearemos materiales para jugar después. Juan estaba emocionado por la idea.

Siempre le gustaba estar rodeado de amigos y pasar tiempo al aire libre. Comenzaron jugando carreras en saco y todos se divertían mucho mientras reían y competían sanamente entre ellos. Luego pasaron al fútbol, donde formaron dos equipos y jugaron un partido muy intenso.

Después del fútbol, decidieron crear materiales para jugar más tarde. Tomaron palos, ramas secas y hojas para construir casitas en miniatura para sus muñecos favoritos.

Mientras trabajaban juntos en sus proyectos creativos, los niños charlaban sobre sus sueños e ideas locas que tenían para el futuro. - Yo quiero ser astronauta - dijo Martina. - Y yo quiero ser veterinario - agregó Lucas. - Yo quiero ser artista plástico - dijo Juan tímidamente mientras dibujaba un paisaje con lápices de colores.

Luego llegó la hora del almuerzo. Los padres habían preparado una rica comida para todos y se sentaron juntos en una gran mesa para compartir. Después de comer, volvieron a jugar con los materiales que habían creado.

Esta vez, construyeron un gran castillo con torres y pasillos secretos. Pero entonces sucedió algo inesperado. De repente, comenzó a llover muy fuerte y todos corrieron hacia la carpa que habían armado al principio del día. - ¡Qué mala suerte! - dijo Marcos desanimado.

- No importa, podemos seguir jugando acá adentro - sugirió Martina. Y así fue como siguieron jugando dentro de la carpa mientras afuera seguía lloviendo sin parar. Jugaron juegos de mesa, contaron historias de terror y cantaron canciones populares.

Finalmente, cuando dejó de llover, salieron afuera para disfrutar del sol que había aparecido después de la tormenta. Se divirtieron mucho más antes de tener que volver a casa.

Juan regresó a casa muy feliz por el día tan divertido que había tenido junto a sus compañeros. Aprendió mucho sobre trabajar en equipo y hacer nuevos amigos. Sabía que nunca olvidaría ese sábado especial en el parque.

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