Doris, la conejita fotógrafa




En un pintoresco bosque vivía Doris, una conejita curiosa y creativa que se apasionaba por capturar la belleza de la naturaleza a través de su cámara.

Desde que era pequeña, Doris había soñado con convertirse en una fotógrafa famosa, pero siempre había encontrado obstáculos en su camino. A pesar de las dudas de algunos de sus amigos, Doris nunca perdió la esperanza y se esforzó por mejorar sus habilidades día a día.

Un día, mientras exploraba el bosque en busca de nuevas fotos, Doris se topó con un hermoso arco iris que se reflejaba en el lago. Emocionada, sacó su cámara y comenzó a tomar fotos desde diferentes ángulos, capturando la intensidad de los colores y la magia del momento.

De repente, escuchó una vocecita nerviosa a sus espaldas. -¡Hola, soy Mimi, la mariposa! He oído que eres una gran fotógrafa y quería pedirte un favor. Doris se giró y vio a una mariposa con las alas temblorosas.

-¡Claro, Mimi! ¿En qué puedo ayudarte? -respondió amablemente Doris. -Verás, tengo un amigo que vive al otro lado del bosque, pero nunca ha visto un arco iris. Quisiera llevarle una foto para que pueda disfrutar de su belleza.

¿Podrías ayudarme a encontrar uno? -explicó Mimi con un brillo de esperanza en sus ojos. Doris asintió con una sonrisa y prometió ayudar a Mimi. Juntas, emprendieron un emocionante viaje a través del bosque, enfrentando desafíos y superando obstáculos, pero nunca perdiendo la esperanza.

Finalmente, llegaron a un claro en el que un arco iris brillaba en todo su esplendor. Doris capturó la imagen perfecta y se la entregó a Mimi, quien, emocionada, emprendió el vuelo hacia su amigo.

Meses después, Doris recibió una carta de Mimi y su amigo, agradeciéndole por haberles llevado la magia del arco iris.

Aquella experiencia, además de darle un impulso a su carrera, enseñó a Doris que la verdadera belleza está en hacer felices a los demás y en nunca rendirse en la búsqueda de los sueños.

FIN.

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