Dos Dragones Diferentes



Había una vez en un lejano reino, un dragoncito llamado Drago y una dragona llamada Dina.

Ambos eran diferentes a los demás dragones: en lugar de ser feroces y malvados, eran amables, generosos y siempre estaban dispuestos a ayudar a quienes lo necesitaran. Un día, la noticia de estos dos singulares dragones llegó a todas las aldeas del reino. Los habitantes, asustados por su apariencia imponente, comenzaron a temerles y a creer que eran peligrosos.

Sin siquiera darles la oportunidad de demostrar lo contrario, decidieron expulsarlos de todas las aldeas. "¡Drago, Dina, no podemos seguir aquí! Nos odian y nos tienen miedo", dijo Dina con tristeza mientras recogían sus pocas pertenencias.

"Tranquila Dina, sé que somos diferentes a los demás dragones, pero eso no significa que seamos malos. Debemos encontrar un lugar donde podamos demostrar nuestra bondad", respondió Drago con determinación.

Así fue como Drago y Dina emprendieron un viaje por el reino en busca de un lugar donde pudieran ser aceptados tal como eran.

En su camino encontraron diversos desafíos: criaturas malignas que intentaban atacarlos al ver sus alas y escamas relucientes; aldeanos asustados que los ahuyentaban con antorchas y lanzas; e incluso otros dragones que se burlaban de su actitud pacífica. Pero a pesar de todo, Drago y Dina nunca perdieron la esperanza ni dejaron de hacer el bien.

Ayudaron a salvar gatitos atrapados en árboles altos, regalaron comida a familias hambrientas en pueblos remotos y protegieron bosques enteros de incendios provocados por cazadores descuidados. Con cada buena acción que realizaban, la reputación de Drago y Dina empezó a cambiar gradualmente.

La gente comenzó a darse cuenta de que no todos los dragones eran iguales; algunos podían ser amables y compasivos. Poco a poco, ganaron el respeto y la admiración de aquellos que antes los habían temido.

Finalmente, llegaron a una pequeña aldea escondida entre montañas donde fueron recibidos con los brazos abiertos por sus habitantes. Allí encontraron un hogar cálido donde pudieron vivir en paz y armonía con quienes los rodeaban.

Y así fue como Drago y Dina demostraron que no importa cómo luzcas por fuera; lo importante es cómo eres por dentro. Su historia inspiró a todos en el reino para mirar más allá de las apariencias y valorar la bondad verdadera que reside en cada corazón.

FIN.

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