Dos Estrellas del Hockey
Feli siempre había amado el hockey. Desde que era pequeña, sus padres la llevaban a ver los partidos de las Leonas y ella soñaba con estar en su lugar algún día.
Su mejor amiga, Lu, también compartía esa pasión por el deporte. Un día, Feli y Lu decidieron ir a un partido de las Leonas juntas.
Mientras veían cómo las jugadoras profesionales se movían por el campo como si flotaran sobre el hielo, Feli dijo emocionada:"¡Algún día yo voy a estar ahí! ¡Voy a ser una jugadora profesional como ellas!"Lu sonrió y le dio una palmada en la espalda. "¡Claro que sí! Y yo también voy a estar ahí contigo".
Desde ese momento, Feli y Lu empezaron a entrenar juntas todos los días después del colegio. A veces se sentían cansadas o frustradas porque no lograban perfeccionar ciertas técnicas del juego, pero nunca perdieron la esperanza ni la motivación.
Un día, mientras estaban entrenando en la cancha local del barrio, vieron a un grupo de chicas mayores practicando con mucha intensidad. Feli y Lu observaron fascinadas cómo manejaban el disco con tanta habilidad y rapidez.
De repente, una de las chicas se acercó a ellas. "Hola chicas", dijo sonriendo. "¿Quieren jugar un rato con nosotras?"Feli y Lu asintieron emocionadas.
Jugaron durante horas sin detenerse ni un segundo; sudando bajo el sol ardiente del mediodía hasta que terminó la práctica. Cuando se despidieron del grupo mayor para irse a casa, la chica que les había hablado se acercó a ellas. "Chicas, son muy buenas. Tienen mucho talento y potencial.
¿Han considerado alguna vez presentarse para las pruebas de selección de las Leonas?"Feli y Lu se miraron sorprendidas. Nunca habían pensado en eso antes. "No, nunca lo hemos considerado", respondió Feli con timidez. La chica sonrió con calidez. "Bueno, deberían hacerlo.
Yo también empecé así; jugando en mi barrio y soñando con ser una Leona algún día. Y aquí estoy ahora". Después de esa conversación, Feli y Lu empezaron a entrenar aún más duro.
Aprendieron nuevos trucos y técnicas del juego; incluso asistieron a algunas clínicas especializadas para mejorar su nivel. Finalmente llegó el día de las pruebas de selección para el equipo nacional juvenil femenino argentino. Feli y Lu estaban nerviosas pero emocionadas al mismo tiempo.
Cuando llegó su turno frente al panel de jueces, dieron todo lo que tenían en la cancha: velocidad, precisión, agilidad e inteligencia táctica.
El resultado no podría haber sido mejor: ambas fueron seleccionadas para representar al país en el próximo torneo internacional juvenil femenino. Fue un momento inolvidable para ellas; lloraron juntas abrazándose fuertemente mientras recibían sus camisetas oficiales del equipo nacional Juvenil Argentino. A partir de ese momento comenzaron los viajes internacionales representando a Argentina como jugadoras profesionales.
Tuvieron momentos difíciles donde perdían partidos importantes pero nunca perdieron el espíritu de equipo y la pasión por el hockey. Feli y Lu aprendieron que los sueños pueden hacerse realidad si uno trabaja duro y persevera.
Sabían que no sería fácil llegar a la cima, pero estaban dispuestas a hacerlo juntas.
Y así fue como Feli y Lu se convirtieron en dos de las mejores jugadoras de hockey del país, inspirando a muchas niñas más jóvenes a perseguir sus propios sueños.
FIN.