Draco y el tesoro de la amistad



Había una vez un pequeño dragón llamado Draco que vivía en un hermoso bosque. Aunque era muy joven, Draco siempre soñaba con tener grandes aventuras y encontrar tesoros escondidos.

Un día, mientras exploraba el bosque, Draco escuchó un suave llanto proveniente de detrás de unos arbustos. Con curiosidad, se acercó y descubrió a un niño llamado Pedro, quien estaba perdido. - ¡Hola! ¿Estás bien? - preguntó Draco con amabilidad.

El niño miró al dragón con asombro y respondió: "Sí, estoy perdido. No sé cómo volver a casa". Draco sonrió y dijo: "-No te preocupes, Pedro. Soy Draco el Dragón aventurero. Te ayudaré a encontrar tu camino de regreso.

"Juntos comenzaron a caminar por el bosque en busca del hogar de Pedro. Durante su travesía, se encontraron con varios desafíos emocionantes como ríos caudalosos para cruzar y árboles gigantes para escalar.

De repente, mientras atravesaban un oscuro túnel subterráneo, encontraron una enorme puerta cerrada que parecía conducir a algún lugar secreto. - ¡Mira eso! - exclamó Pedro emocionado -. Creo que hay un tesoro escondido detrás de esa puerta. Draco sonrió ante la emoción del niño y juntos intentaron abrir la puerta sin éxito.

Pero justo cuando estaban a punto de rendirse, descubrieron que había tres perlas brillantes incrustadas en la cerradura. Pedro recordó algo importante que había aprendido en la escuela sobre las perlas.

"-¡Espera! Creo que si giramos las perlas en el orden correcto, se abrirá la puerta". Con entusiasmo, Pedro y Draco comenzaron a girar las perlas una por una. Después de varios intentos, finalmente encontraron la combinación correcta y la puerta se abrió lentamente.

Detrás de la puerta había un hermoso jardín lleno de flores coloridas y árboles frutales. En medio del jardín, había un cofre brillante que contenía monedas de oro y joyas preciosas.

Pedro estaba asombrado ante tal tesoro, pero antes de tomar algo, miró a Draco con gratitud. - Draco, gracias por ayudarme a encontrar mi camino a casa. Sin ti, nunca hubiera descubierto este tesoro. Draco sonrió y respondió: "-No hay problema, Pedro.

La verdadera amistad es mucho más valiosa que cualquier tesoro material". Pedro asintió con sabiduría y decidieron dejar el cofre allí mismo para que otros aventureros también pudieran disfrutarlo algún día. Finalmente, Draco llevó a Pedro de vuelta a su hogar sano y salvo.

Los dos se despidieron con tristeza pero prometieron mantenerse en contacto para futuras aventuras.

A partir de ese día, Pedro aprendió que los tesoros más grandes no siempre son materiales sino personas especiales como Draco que hacen nuestra vida más rica y emocionante. Y así termina esta historia llena de amistad y valentía donde un pequeño niño perdido encontró un verdadero tesoro en forma de un dragón aventurero llamado Draco.

FIN.

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