Draco y Harry
En la famosa Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts, dos jóvenes magos, Draco Malfoy y Harry Potter, solían ser enemigos. Draco era un estudiante de Slytherin, mientras que Harry pertenecía a Gryffindor.
Durante años, se lanzaron miradas frías y palabras hirientes. Nadie habría imaginado que algún día su relación tomaría un giro inesperado. Un día, en una clase de pociones, Draco y Harry fueron asignados como compañeros.
Al principio, se negaron a trabajar juntos, pero poco a poco descubrieron que tenían más en común de lo que pensaban. Comenzaron a compartir risas y conversaciones, descubriendo que la animosidad que sentían se desvanecía lentamente. Con el tiempo, construyeron una amistad sólida basada en el respeto mutuo y la comprensión.
Esta nueva conexión tomó a todos por sorpresa, incluso a ellos mismos. Sin darse cuenta, Draco y Harry se encontraron compartiendo momentos de complicidad e intimidad. Su amistad había florecido en un afecto profundo y genuino.
A medida que enfrentaban desafíos juntos, su vínculo se fortalecía aún más. Finalmente, se dieron cuenta de que su relación era más que simple amistad y que habían desarrollado sentimientos amorosos el uno por el otro.
Aunque al principio enfrentaron oposición y dudas, encontraron el coraje para aceptar su amor y revelarlo ante sus amigos y la comunidad mágica. Su valentía inspiró a otros a aceptar la diversidad y la posibilidad de encontrar el amor en los lugares más inesperados.
FIN.