Dragones Unidos
En la tierra mágica de Aria, los dragones eran los guardianes encargados de proteger a todos sus habitantes. Cada dragón tenía un color y habilidades únicas que los hacían especiales y valiosos para la comunidad.
Había un dragón rojo llamado Rubí que era muy fuerte y veloz. Siempre estaba dispuesto a ayudar a quien lo necesitara.
También había una dragona azul llamada Azulina que tenía el poder de controlar el agua y las nubes, lo que permitía mantener la lluvia en su justa medida. Un día, un malvado hechicero llegó a Aria con la intención de conquistarla.
Los habitantes de la tierra mágica se asustaron mucho al enterarse de esto, pero confiaban en sus queridos dragones para protegerlos. Los dragones no tardaron en darse cuenta del peligro que corrían todos sus amigos y decidieron actuar rápidamente para detener al hechicero.
Rubí sabía que su fuerza no sería suficiente para vencerlo solo, así que buscó ayuda entre los otros dragones. Azulina aceptó unirse a él y juntos idearon un plan: mientras Rubí distraería al hechicero con su velocidad, Azulina crearía una tormenta intensa para desestabilizarlo.
El plan fue arriesgado pero efectivo, logrando derrotar al hechicero y salvando así la tierra mágica de Aria. Todos los habitantes estaban muy contentos y agradecidos por el valor demostrado por los dos dragones.
Rubí sintió mucha alegría al ver cómo su amistad con Azulina se había fortalecido aún más gracias a esta aventura. Juntos, habían demostrado que la unión y la cooperación son muy importantes para vencer cualquier obstáculo.
Desde ese día, Rubí y Azulina se convirtieron en los héroes de Aria y sus aventuras inspiraron a otros dragones a trabajar juntos para proteger su tierra mágica.
FIN.