Dreams Do Come True


Había una vez en un lejano desierto, un simpático camello llamado Carlitos y un amigable oso polar llamado Benito. Ambos eran muy diferentes entre sí, pero compartían una gran pasión por las aventuras y la diversión.

Un día, mientras paseaban por el desierto, se encontraron con un cartel que decía: "¡Abitab! El lugar donde los sueños se hacen realidad". Intrigados por esta promesa de magia y maravillas, decidieron cambiar su rumbo y dirigirse hacia Abitab.

Al llegar al lugar, quedaron maravillados por todo lo que veían a su alrededor. Había juegos emocionantes, montañas rusas vertiginosas y dulces deliciosos para disfrutar.

Pero lo más sorprendente fue cuando conocieron a Lila, una niña muy especial que trabajaba en Abitab. Lila les explicó que Abitab era un parque temático donde los sueños se volvían realidad gracias a la imaginación de las personas.

Les dijo que podían hacer cualquier cosa que desearan siempre y cuando creyeran en sí mismos. Carlitos emocionado exclamó: "-¡Quiero volar como un pájaro!" Benito asintió entusiasmado: "-Yo quiero nadar bajo el agua como los peces". Lila sonrió y les guió hacia una máquina mágica llamada "La Máquina de los Sueños".

Les explicó cómo funcionaba: solo debían pensar fuerte en lo que deseaban hacer y la máquina haría el resto. Carlitos fue primero e imaginó con todas sus fuerzas poder volar alto en el cielo.

De repente, sus patas traseras se convirtieron en alas enormes y pudo alzar el vuelo. Era un espectáculo increíble ver a un camello volando por los cielos.

Benito, inspirado por la hazaña de Carlitos, se acercó a la máquina y pensó intensamente en nadar bajo el agua. En ese momento, su pelaje blanco se transformó en una piel resistente al agua y sus patas delanteras se convirtieron en aletas. Benito saltó emocionado al agua y comenzó a explorar las profundidades marinas.

Los dos amigos disfrutaron de sus nuevas habilidades durante todo el día. Volaban juntos sobre las nubes y nadaban entre peces de colores brillantes. Pero pronto comenzaron a extrañar su hogar y decidieron regresar al desierto.

Al despedirse de Lila, ella les recordó que siempre podían volver cuando quisieran vivir nuevas aventuras. Les dio una caja llena de recuerdos mágicos para llevar con ellos, como prueba de que habían vivido algo extraordinario.

De vuelta en el desierto, Carlitos y Benito contaron emocionados todas las aventuras que habían vivido gracias a Abitab. Sus amigos animales no podían creer lo que escuchaban pero estaban felices por ellos. Desde aquel día, Carlitos y Benito siguieron siendo los mejores amigos del mundo.

Juntos compartieron risas, juegos e historias mágicas sobre su increíble experiencia en Abitab.

Y así termina esta historia inspiradora sobre cómo dos amigos muy diferentes descubrieron que los sueños realmente pueden hacerse realidad si creemos en nosotros mismos y nos atrevemos a perseguirlos.

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