Dulces sueños de valentía



Era una vez en un pequeño pueblo llamado "La Cumbre", donde vivía una niña llamada Lucía. Lucía era una niña muy curiosa y aventurera, pero tenía un problema: no podía dormir bien por las noches.

Su mamá le decía todas las noches antes de dormir: "que duermas bien, que sueñes con los angelitos y los popis alados ! ! ! Hasta mañana". Pero a pesar de esto, Lucía seguía teniendo problemas para conciliar el sueño.

Un día, mientras paseaba por el bosque cerca de su casa, se encontró con un hada. El hada le preguntó qué le pasaba y ella le contó su problema para dormir.

El hada escuchó atentamente y luego le dijo:"Lucia, yo te puedo ayudar. Pero necesito que me prometas algo. ""¿Qué es lo que tengo que prometer?" preguntó Lucía. "Que nunca más te vas a rendir ante tus miedos" respondió el hada.

Lucia aceptó la petición del hada sin saber lo que vendría después. El hada extendió sus alas y sopló un polvo mágico sobre ella diciendo:"Este polvo mágico te ayudará a tener dulces sueños todas las noches".

Lucia regresó a casa emocionada por probar el polvo mágico esa noche. Cuando llego la hora de dormir, su mamá le deseó buenas noches como siempre lo hacía: "que duermas bien, que sueñes con los angelitos y los popis alados! ¡Hasta mañana!".

Pero esta vez, algo diferente sucedió. Mientras cerraba los ojos, el polvo mágico comenzó a hacer efecto y Lucía se encontró en un mundo de ensueño. En su sueño, ella estaba en un bosque encantado donde habían árboles gigantes y animales parlantes.

Allí, conoció a una ardilla que la llevó a un río cristalino donde había peces de colores brillantes.

De repente, apareció una mariposa con alas doradas y le pidió ayuda para encontrar una flor muy especial que solo florecía por las noches. Lucía aceptó ayudarla y juntas buscaron por todo el bosque hasta que finalmente encontraron la flor. Cuando despertó al día siguiente, se sintió renovada y llena de energía.

Había tenido el mejor sueño de su vida gracias al polvo mágico del hada. Desde entonces, todas las noches antes de dormir, Lucia recordaba la promesa que hizo al hada: nunca más rendirse ante sus miedos.

Y así fue como logró tener dulces sueños todas las noches. La moraleja de esta historia es que nunca debemos rendirnos ante nuestros miedos y siempre debemos buscar soluciones para superarlos.

También es importante recordar que tener una buena noche de sueño puede ser mágico para nuestra salud mental y física.

FIN.

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