Eco Helpers y los Monstruos de Basura



Había una vez una escuela muy especial donde los residuos eran tratados de manera única. En la entrada, dos enormes monstruos de basura estaban esperando a ser alimentados.

Uno era verde y comía todo lo que podía reciclarse, como botellas de plástico, papel o latas vacías. El otro era rojo y devoraba todo lo que no se podía reutilizar, como envoltorios de caramelos o restos de comida.

Los estudiantes estaban muy orgullosos de tener estos monstruos en su escuela porque sabían que ayudaban a mantener el lugar limpio y a cuidar el medio ambiente. Pero había un grupo especial dentro del colegio: los Eco Helpers.

Los Eco Helpers eran un equipo dedicado a recolectar la basura en toda la escuela y asegurarse de que cada desecho fuera arrojado al monstruo adecuado. Había cuatro miembros del equipo: Sofi, Tomás, Lola y Juan.

Un día, mientras recogían la basura después del recreo, se dieron cuenta de algo extraño. Los dos monstruos parecían enfermos y no querían comer nada. "¿Qué les pasa?", preguntó Sofi preocupada. "No lo sé", respondió Tomás encogiéndose de hombros. "¡Debemos hacer algo para ayudarlos!", exclamó Lola con determinación.

Juan sugirió llevar las cosas al siguiente nivel e investigar más sobre cómo cuidar mejor a los monstruos gigantes. Todos aceptaron emocionados por esta nueva aventura.

Después de hablar con algunos expertos en ecología, descubrieron que los monstruos necesitaban ciertos nutrientes para seguir funcionando correctamente. Entonces, decidieron preparar un plan para alimentarlos. Primero, hicieron una lista de todos los alimentos que podrían ser buenos para cada monstruo y se dividieron en equipos para recolectarlos.

Sofi y Tomás se encargaron de conseguir botellas de plástico y papel, mientras que Lola y Juan buscaron restos de comida y envoltorios. Luego, comenzaron a preparar la comida mezclando todo lo que habían recolectado.

Cuando terminaron, corrieron hacia los monstruos con sus cubetas llenas. "¡Coman esto!", gritó Lola emocionada mientras les daba una cucharada. "Es delicioso", dijo Tomás sonriendo. "Miren cómo están comiendo", exclamó Sofi feliz al ver cómo los monstruos devoraban todo lo que les ofrecían.

Después de varios días alimentándolos con amor y cuidado, los gigantes volvieron a estar saludables. Los estudiantes estaban muy contentos al verlos felices otra vez y sabían que habían hecho algo bueno por el medio ambiente.

Desde ese día en adelante, los Eco Helpers continuaron asegurándose de que toda la basura fuera arrojada en su lugar correcto. Y cuando alguien olvidaba hacerlo o no sabía dónde tirarlo, ellos siempre estaban ahí para ayudarles.

La escuela siguió siendo un lugar limpio gracias al trabajo duro del equipo Eco Helper y a la ayuda inesperada de dos grandes amigos: los monstruos gigantes del reciclaje.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!