El abrazo de las abejas
En un hermoso jardín, vivían dos abejas primas: Luna, la abeja mayor, y Sol, la abeja menor. Luna siempre estaba ocupada recogiendo polen, mientras que Sol observaba con admiración desde lejos, deseando aprender de su prima.
Sin embargo, Luna nunca le prestaba atención a Sol, nunca la abrazaba ni le enseñaba nada. Sol se sentía triste y muy sola. Un día, cansada de estar ignorada, Sol decidió explorar el jardín por su cuenta.
Mientras volaba por el campo de flores, un pétalo se desprendió y cayó sobre ella, haciéndola perder el equilibrio y caer en una maceta. Luna, quien había presenciado todo, se acercó rápidamente y le tendió su ala para ayudarla a levantarse.
"¿Estás bien, Sol? Perdóname por haberte ignorado. No me di cuenta de lo mal que te hacía sentir. ¿Quieres que te enseñe cómo recoger polen y ser una gran abeja como yo?" - le preguntó Luna con verdadero arrepentimiento.
Sol, sorprendida por la actitud de su prima, aceptó emocionada su oferta. Luna se convirtió en la maestra de Sol, enseñándole todo lo que sabía. A medida que el tiempo pasaba, Luna y Sol se convirtieron en las mejores amigas, compartiendo risas y abrazos.
Finalmente, Luna entendió que la verdadera grandeza radica en ayudar y cuidar a los demás, y que la amistad y el cariño son tan importantes como el trabajo duro.
Juntas, Luna y Sol demostraron que el perdón y la empatía pueden transformar una relación rota en algo hermoso y duradero.
FIN.