El abrazo especial
Érase una vez en un hermoso pueblo, tres amigas llamadas Ana, Sofía y Valentina, quienes disfrutaban pasando tiempo juntas. Les encantaba reír, jugar y compartir momentos especiales.
Sin embargo, Valentina siempre mostraba demasiada fuerza al abrazar a sus amigas, lo que a veces les causaba dolor. Un día, Ana y Sofía se cansaron de sentirse lastimadas y decidieron alejarse de Valentina.
Entonces, la maestra Laura, quien era conocida por su sabiduría y paciencia, se acercó a las tres amigas para ayudarlas. -¿Qué sucede, niñas? - preguntó la maestra Laura con una dulce sonrisa. Al escuchar las quejas de Ana y Sofía, la maestra Laura comprendió la situación.
-Valentina, ¿te has dado cuenta de cómo se sienten tus amigas cuando las abrazas con tanta fuerza? - preguntó con ternura. Valentina bajó la mirada avergonzada. La maestra Laura continuó: -El amor se demuestra con gestos cuidadosos y respetuosos. Debes aprender a medir tu fuerza y considerar los sentimientos de los demás.
Valentina asintió con tristeza, comprensiva de su error. La maestra Laura les propuso un juego: cada una debería buscar la forma de expresar su amor y amistad de una manera que no lastimara a las demás.
Ana sugirió cuidar un jardín juntas, Sofía propuso preparar una merienda especial, y Valentina propuso escribir cartas de disculpa y agradecimiento. Con el paso de los días, las tres amigas trabajaron juntas, aprendiendo a expresar su amor de una manera que no lastimara a nadie.
Pronto, Ana, Sofía y Valentina descubrieron que el respeto, la empatía y la amistad eran valores fundamentales para mantener una relación armoniosa. A medida que sus lazos se fortalecían, se dieron cuenta de que cada una tenía algo especial que ofrecer.
Descubrieron que, al trabajar juntas, podían lograr cosas maravillosas. La maestra Laura las observaba con orgullo.
Finalmente, las tres amigas entendieron que el amor se expresa de muchas formas y que, en ocasiones, es necesario ser consciente de no lastimar a quienes más queremos. Juntas, aprendieron a valorar su amistad y a cuidarla con ternura y respeto.
FIN.