El abrazo eterno
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Solana, un sol radiante y un luna brillante que siempre se encontraban en el cielo.
Durante el día, el sol iluminaba la tierra con su cálido resplandor, mientras que por la noche, la luna bañaba todo con su suave luz plateada. El sol y la luna eran grandes amigos y disfrutaban de pasar tiempo juntos en el cielo. Sin embargo, había un problema: nunca podían estar juntos al mismo tiempo.
Cuando salía el sol, la luna tenía que irse y viceversa. Un día, mientras estaban juntos contemplando el hermoso paisaje del pueblo desde lo alto del cielo, el sol tuvo una idea emocionante. "Luna querida", dijo el sol entusiasmado.
"¿Qué te parecería si encontramos una manera de estar juntos durante más tiempo?"La luna se sorprendió por esta propuesta inesperada pero estaba igualmente emocionada ante la posibilidad de pasar más tiempo junto a su gran amigo.
"¡Oh Sol! Eso sería maravilloso", respondió la luna con alegría. Entonces comenzaron a buscar una forma de hacer realidad este deseo. Pidieron ayuda a las estrellas sabias del universo para encontrar una posible solución.
Las estrellas les dijeron que existía un antiguo hechizo mágico escondido en lo profundo del bosque encantado. Este hechizo permitiría al sol y a la luna estar juntos durante más tiempo cada día.
Sin perder ni un segundo, los dos amigos emprendieron camino hacia el bosque encantado en busca del hechizo mágico. Durante su viaje, se encontraron con diversos obstáculos y desafíos que pusieron a prueba su amistad.
En un momento dado, el sol quedó atrapado en una densa nube de tormenta y la luna tuvo que usar toda su luz para guiarlo hacia la seguridad. En otro momento, la luna se vio envuelta en una oscuridad tan profunda que el sol usó todo su resplandor para encontrarla y devolverle la alegría.
Finalmente, después de superar todos los desafíos, llegaron al corazón del bosque encantado donde encontraron al anciano sabio quien guardaba el hechizo mágico. "Oh venerable sabio", suplicó el sol. "Por favor, ayúdanos a estar juntos por más tiempo cada día".
El anciano sonrió con ternura y les entregó un pergamino antiguo con las palabras del hechizo mágico. Les advirtió que debían recitarlo juntos exactamente a medianoche para que surtiera efecto.
Llenos de emoción y gratitud, el sol y la luna regresaron rápidamente al pueblo de Solana. Esperaron ansiosos hasta llegar la medianoche y cuando finalmente llegó ese momento especial, recitaron el hechizo mágico juntos:"Sol brillante y luna radiante, Que nuestro amor sea constante.
Juntos queremos estar, Sin importar si es noche o es mar. "Y así fue como un brillo dorado envolvió al pueblo mientras el sol y la luna permanecían juntos durante más tiempo cada día. Las personas del pueblo estaban asombradas y agradecidas por este maravilloso regalo.
El sol y la luna se dieron cuenta de que su amistad era tan poderosa que podían superar cualquier obstáculo juntos.
Desde ese día en adelante, cada amanecer y cada atardecer, el sol y la luna compartían un abrazo cálido antes de separarse, sabiendo que siempre se tendrían el uno al otro. Y así, Solana se convirtió en un lugar donde todos aprendieron la importancia de la amistad verdadera y cómo trabajar juntos para hacer realidad los sueños más increíbles.
Fin.
FIN.