El abrazo mágico de Flufi
Había una vez en un lejano bosque encantado, una criatura muy especial llamada Flufi. Flufi era un ser mágico con poderes extraordinarios, pero lo que más deseaba en el mundo era recibir un abrazo cálido y amoroso.
Sin embargo, cada vez que se acercaba a alguien para pedir ese anhelado abrazo, las personas se asustaban y salían corriendo. No entendían que detrás de su aspecto peculiar y sus poderes había un corazón lleno de amor y ternura.
Flufi intentó muchas veces explicarles a los habitantes del bosque que solo quería un abrazo, pero nadie parecía escucharlo. Se sentía triste y desanimado, pero no estaba dispuesto a rendirse.
Un día, mientras caminaba por el bosque buscando algún amigo dispuesto a darle un abrazo, se encontró con una ardilla muy curiosa llamada Bolita. Bolita era pequeña pero valiente y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás.
"¡Hola Flufi! ¿Por qué tienes esa carita triste?" -preguntó Bolita saltando de rama en rama. Flufi suspiró profundamente antes de responder: "Hola Bolita. Estoy triste porque nadie quiere darme un abrazo. Solo quiero sentir el calor humano.
"Bolita miró a Flufi con ternura y dijo: "No te preocupes, ¡yo te daré ese abrazo!"Flufi saltó de alegría ante la propuesta de Bolita. Juntos emprendieron la búsqueda de alguien más valiente que estuviera dispuesto a enfrentar sus miedos y abrazarlo.
Caminaron por el bosque hasta que se encontraron con un oso llamado Carmelo, quien tenía fama de ser el más valiente del lugar. Flufi y Bolita se acercaron a él tímidamente.
"Hola Carmelo, ¿te gustaría darle un abrazo a nuestro amigo Flufi?" -preguntó Bolita con una sonrisa amigable. Carmelo miró a Flufi, frunció el ceño y dijo: "¡Qué criatura tan extraña! Pero si es inofensivo... ¡claro que le daré un abrazo!"Flufi saltó de emoción mientras Carmelo lo rodeaba con sus enormes brazos.
Fue un abrazo cálido y reconfortante que hizo sentir a Flufi como en casa. A partir de ese día, las noticias sobre la valentía de Carmelo al abrazar a Flufi se extendieron por todo el bosque.
Poco a poco, los demás habitantes comenzaron a perder el miedo y también querían darle un abrazo. Flufi se convirtió en una celebridad del bosque encantado. Todos querían conocerlo y recibir su poderoso abrazo mágico.
Incluso aquellos que antes habían huido asustados ahora formaban largas filas para recibir su cariño. Flufi aprendió una gran lección: nunca debemos juzgar por las apariencias ni tener miedo de lo desconocido.
A veces, solo necesitamos abrir nuestros corazones para descubrir la magia que hay dentro de cada uno de nosotros. Y así, entre risas y emociones, Flufi vivió rodeado de amigos que lo abrazaban sin miedo, demostrando que el amor y la valentía siempre triunfan sobre los prejuicios.
FIN.