El abrigo mágico


Había una vez un niño llamado Lucas que vivía en una pequeña casita junto a sus padres. Lucas era un niño muy especial, siempre estaba buscando nuevas aventuras y retos para superar.

Un día, mientras jugaba en el parque, Lucas vio a unos niños mayores quitándose sus abrigos sin ayuda de nadie. Esto llamó mucho la atención del pequeño, quien se preguntaba cómo sería poder hacerlo él también.

Decidido a aprender a quitarse su abrigo solo, Lucas regresó a casa y le comentó emocionado a sus padres sobre lo que había visto en el parque.

Sus padres, orgullosos de su deseo de aprender algo nuevo, le dijeron: "Lucas, si realmente quieres hacerlo tú solo, tienes que practicar y ser constante". Así comenzaron las clases de "quitarse el abrigo" en la casa de Lucas. Todos los días después de llegar del colegio, dedicaba tiempo a practicar frente al espejo.

A veces se frustraba porque no podía lograrlo como los niños mayores del parque, pero seguía intentándolo una y otra vez. Un día soleado de invierno llegó la gran oportunidad para Lucas: iba a visitar a su querida abuela Marta.

Su mamá le recordó antes de salir: "Recuerda llevar tu abrigo por si hace frío". Cuando llegaron al hogar de la abuela Marta, esta les recibió con mucha alegría y calidez.

Al ver que hacía bastante frío dentro de la casa de la abuela Marta debido a una avería en el sistema calefactor, Lucas decidió aprovechar la ocasión para demostrar que podía quitarse su abrigo solo.

Con mucho entusiasmo, Lucas se acercó a su abuela y le dijo: "Abuela Marta, mira lo que aprendí en el parque. ¡Puedo quitarme mi abrigo yo solito!". La abuela Marta sonrió y le dijo: "Eso es maravilloso, Lucas. Estoy muy orgullosa de ti".

Lucas estaba emocionado porque sabía que había llegado el momento de brillar. Se puso frente al espejo y comenzó a intentar quitarse el abrigo, pero algo salió mal. El cierre se atascó y no pudo sacarlo por completo.

Lucas empezó a sentirse triste y desanimado, pero entonces recordó las palabras de sus padres: "Si realmente quieres hacerlo tú solo, tienes que practicar y ser constante". Así que decidió no rendirse.

En ese momento, la abuela Marta se acercó a Lucas y le dio un consejo muy importante: "A veces los retos pueden parecer difíciles al principio, pero nunca debes dejar de intentarlo. Si sigues practicando con paciencia y perseverancia, lograrás lo que te propongas".

Animado por las palabras de su querida abuela Marta, Lucas volvió a intentarlo una vez más. Esta vez tuvo más cuidado con el cierre del abrigo e hizo movimientos más lentos y precisos. Y finalmente... ¡Lo logró! Se quitó su abrigo completamente solo.

La alegría invadió a Lucas mientras celebraba su logro junto a sus padres y la abuela Marta.

Desde ese día, Lucas se convirtió en un experto quitándose su abrigo solo, y cada vez que lo hacía recordaba el consejo de su abuela Marta: "Nunca dejes de intentarlo, porque con paciencia y perseverancia podrás lograr todo lo que te propongas". Y así, Lucas siguió enfrentando nuevos desafíos y aprendiendo cosas nuevas cada día. Siempre recordó la importancia de nunca rendirse y tener confianza en sí mismo.

Y colorín colorado, esta historia ha terminado.

Dirección del Cuentito copiada!