El abuelo que siempre está presente
Había una vez una niña llamada Ana, que vivía con su abuelo en una pequeña casa en el campo. Pasaban los días juntos, cuidando el jardín, cocinando deliciosas comidas y contándose historias antes de dormir.
Pero un día, el abuelo decidió mudarse a una casa en la ciudad, y Ana se puso muy triste. Extrañaba ver a su abuelo todos los días, escuchar su risa y recibir sus cálidos abrazos.
Sin embargo, su abuelo le había dejado un regalo muy especial: un reloj de arena. "Este reloj de arena tiene un poder mágico, querida Ana. Cada vez que lo veas, piensa en mí y sentirás mi amor y mi presencia a tu lado", le dijo su abuelo.
Desde ese día, Ana miraba el reloj de arena cada vez que extrañaba a su abuelo, y de repente, se sentía reconfortada.
A medida que pasaba el tiempo, Ana aprendió a valorar ese regalo y a sentir la presencia de su abuelo, a pesar de la distancia. Además, su abuelo le enviaba cartas y fotos, y le contaba historias sobre la vida en la ciudad. Ana, a su vez, le escribía cartas y le contaba sobre sus aventuras en el campo.
A pesar de la distancia, la conexión entre ellos seguía muy fuerte. Finalmente, un día especial llegó: el cumpleaños de Ana. Su abuelo le envió un regalo sorpresa: un hermoso libro de cuentos.
Y en la dedicatoria decía: "A mi querida Ana, aunque estemos lejos, siempre estaré contigo a través de estas historias mágicas. Te quiero mucho, tu abuelo". Ana abrazó el libro con emoción, sintiendo el amor de su abuelo en cada página.
Desde ese día, Ana supo que su abuelo siempre estaría presente en su corazón, sin importar la distancia.
FIN.