El agujero misterioso
Una mañana de primavera, Mateo se despertó temprano y corrió a su ventana para ver el sol brillando en el cielo. Miró hacia su patio trasero y vio a su fiel compañero, Coco, jugando con una pelota de hilo.
"¡Buenos días, Coco!", dijo Mateo mientras se vestía rápidamente. "Hoy es un gran día para explorar". Después de desayunar, Mateo decidió que era hora de dar un paseo en su tractor por los campos cercanos.
Coco saltó al asiento del copiloto y se aseguró con el cinturón de seguridad. Mateo encendió el motor y comenzaron a rodar por la carretera polvorienta.
Mientras pasaban por los campos verdes y las flores silvestres, Mateo notó algo extraño en el horizonte. "-Coco, ¿ves eso allí?" preguntó emocionado mientras señalaba hacia una colina lejana. "-Miau", respondió Coco con curiosidad. Mateo aceleró el tractor hasta llegar a la base de la colina donde descubrieron un misterioso agujero en la tierra.
"-¿Qué crees que hay ahí abajo?", preguntó Mateo a Coco mientras miraba dentro del hoyo oscuro e inquietante. "-Miau", respondió Coco sin saber qué hacer.
Decidido a investigar más a fondo, Mateo bajó al agujero con una cuerda atada alrededor de su cintura. Mientras descendía lentamente hacia lo desconocido, escuchaba ruidos extraños que parecían venir desde abajo. Finalmente llegó al fondo del agujero y se encontró con una cueva llena de cristales brillantes y una extraña criatura peluda.
"-¡Hola amigo!" saludó Mateo entusiasmado. La criatura respondió en un idioma desconocido, pero parecía amigable. Mateo comenzó a explorar la cueva y a recolectar algunos de los cristales resplandecientes para llevarlos de vuelta a casa.
De repente, la criatura peluda comenzó a ponerse nerviosa y señalaba hacia el techo. Mateo miró hacia arriba y vio que el agujero estaba empezando a cerrarse.
"-¡Tenemos que salir de aquí rápido, Coco!", exclamó Mateo mientras subía por la cuerda con los cristales en su mochila. Finalmente lograron llegar a la superficie antes de que el agujero se cerrara completamente. Ahora en seguridad, Mateo decidió compartir sus hallazgos con sus amigos en el pueblo cercano.
Todos quedaron asombrados por las historias de aventuras de Mateo y su valiente exploración. Y así fue como nuestro intrépido protagonista aprendió que siempre hay algo nuevo por descubrir si tienes curiosidad e imaginación para hacerlo posible.
FIN.