El Agujero Negro de la Edad Media



Había una vez, en una pequeña habitación de Buenos Aires, un grupo de amigos que se reunían todas las tardes para jugar y divertirse.

Un día, mientras jugaban a las escondidas, uno de ellos tropezó con algo extraño en el suelo. Al mirar mejor, descubrieron que era un agujero negro. - ¡Miren lo que encontré! -exclamó el niño emocionado. Los demás corrieron hacia él para ver qué había pasado.

De repente, el agujero comenzó a crecer y los niños se asustaron. - ¡Esto no puede ser bueno! -dijo uno de ellos con miedo. Pero antes de que pudieran hacer algo más, fueron absorbidos por el agujero negro y transportados a otra época.

Al llegar al otro lado del agujero negro, se encontraron en la Edad Media. La sorpresa fue enorme para los niños argentinos acostumbrados a la vida moderna. - ¿Dónde estamos? -preguntó uno de ellos confundido.

- Parece que hemos viajado en el tiempo -respondió otro asombrado.

De pronto apareció un caballero armado montando un corcel y les preguntó:- ¿Quiénes sois vosotros? Los chicos estaban atemorizados pero respondieron educadamente:- Somos unos viajeros perdidos en este lugar ¿Podrías ayudarnos? El caballero accedió gustoso y les ofreció hospedaje en su castillo. Los niños aceptaron encantados pues nunca habían estado en un castillo antes. Durante su estadía aprendieron mucho sobre la historia del lugar y sus costumbres.

Descubrieron que la vida en la Edad Media era muy diferente a lo que estaban acostumbrados, pero también aprendieron a valorar las cosas simples y apreciar el esfuerzo de los antiguos habitantes del lugar. Un día, mientras exploraban el bosque cercano al castillo, encontraron otro agujero negro.

Esta vez sabían cómo usarlo para volver a su época. - ¡Debemos volver! -exclamó uno de ellos emocionado. - Pero no quiero irme sin antes darles las gracias por su hospitalidad -dijo otro con tristeza.

Los niños se despidieron de sus nuevos amigos y prometieron nunca olvidar esta aventura en el tiempo. Al regresar a su habitación, se dieron cuenta de que habían cambiado para siempre.

Ahora valoraban más la historia y la cultura del mundo, y entendían mejor lo importante que es aprender sobre nuestro pasado para entender nuestro presente.

Y así termina esta historia infantil, donde los protagonistas descubren un agujero negro capaz de transportarlos en el tiempo y aprenden valiosas lecciones sobre otras culturas e historias.

FIN.

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