El alma penante de Lyis



En un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, existía una vieja escuela abandonada que se decía estaba encantada por el alma penante de Lyis, un antiguo maestro que nunca encontró la paz. La gente del pueblo evitaba acercarse a la escuela, ya que corrían rumores de que se escuchaban extraños susurros y se veían luces parpadeantes por las ventanas en plena noche. Los niños, por supuesto, se contaban historias de terror sobre Lyis y su alma penante, y nadie se atrevía a acercarse a la escuela.

Un día, un niño curioso llamado Mateo decidió investigar la verdad sobre el alma penante de Lyis. Armado con su valentía y una linterna, se aventuró en la escuela abandonada mientras el sol se ocultaba en el horizonte. Al entrar, Mateo experimentó un escalofrío, pero recordó que su mamá siempre le decía que las cosas no son siempre como parecen. Decidido a descubrir la verdad, avanzó por los corredores oscuros.

De repente, escuchó un susurro tembloroso que parecía provenir de la oficina del director. Mateo se acercó sigilosamente y vio un destello de luz. Al abrir la puerta, se encontró con un espectro desfigurado que se hacía llamar Lyis. Sin embargo, en lugar de asustarse, Mateo recordó algo importante que su abuelo le había dicho: 'El miedo desaparece cuando enfrentamos aquello que lo causa'. Con valentía, Mateo preguntó a Lyis por qué no podía encontrar la paz.

Lyis le contó a Mateo sobre su tristeza y soledad, sobre cómo anhelaba ser recordado por algo bueno en lugar de ser temido. Mateo escuchó con atención y le prometió ayudar a Lyis a encontrar la paz. Juntos, trabajaron para limpiar y restaurar la vieja escuela, convirtiéndola en un lugar lleno de vida y alegría.

El pueblo quedó asombrado al ver que la escuela antes abandonada ahora estaba llena de risas y aprendizaje. La noticia sobre la valentía de Mateo y la transformación de la escuela llegó a oídos de Lyis, quien finalmente encontró la paz al saber que sería recordado por haber ayudado a los niños. Desde entonces, la escuela de Villa Esperanza prosperó, y Lyis se convirtió en un símbolo de superación y bondad para todos. Y Mateo aprendió que no hay que dejarse llevar por los rumores, y que a veces enfrentar los miedos puede traer grandes recompensas.

FIN.

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