El Almohadón Solidario
Había una vez un Almohadón con forma de Hombre Araña que vivía en la habitación de un niño llamado Tomás.
El Almohadón era muy especial porque tenía súper poderes, pero a pesar de ello, estaba triste y no sabía por qué. Un día, mientras Tomás estaba en el colegio, el Almohadón decidió explorar la casa para encontrar algo que le ayudara a sentirse mejor.
Fue entonces cuando se topó con una araña muy pequeñita que había quedado atrapada en una telaraña. "¿Qué te ha pasado?", preguntó el Almohadón preocupado. "Me he quedado atrapada en esta telaraña y no puedo escapar", respondió la arañita.
El Almohadón sabía lo difícil que era estar atrapado sin poder moverse y decidió ayudarla. Con sus súper poderes agarró la telaraña y empezó a tirar hasta liberarla. "¡Gracias! ¡Eres un héroe!", exclamó la arañita emocionada. "No soy ningún héroe", dijo modestamente el Almohadón, "solo hice lo correcto".
A partir de ese momento, el Almohadón se sintió más feliz porque había hecho algo bueno por alguien más. Decidió salir al exterior para explorar aún más y allí encontró a otros animales necesitados como pájaros heridos o gatos perdidos.
En cada ocasión utilizaba sus habilidades especiales para ayudarles y se sentía cada vez mejor consigo mismo. Sin embargo, su mayor desafío llegó cuando Tomás enfermó gravemente y tuvo que ser hospitalizado.
El Almohadón se preocupó mucho por él y decidió ir al hospital para estar a su lado. "¿Qué haces aquí, Almohadón?", preguntó Tomás sorprendido. "He venido a cuidarte, amigo", respondió el Almohadón con una sonrisa.
Durante los días que Tomás estuvo en el hospital, el Almohadón no se separaba de su lado. Le contaba historias divertidas, le cantaba canciones e incluso le hacía cosquillas para hacerle reír. Finalmente, gracias al amor y la atención del Almohadón, Tomás se recuperó completamente.
Él y su almohada vivieron muchas aventuras juntos después de ese día, pero ninguna tan importante como la vez en que ayudaron juntos a otros animales necesitados.
El mensaje que dejó esta historia es que siempre podemos hacer algo bueno por alguien más y eso nos hace sentir mejor con nosotros mismos. Además de esto debemos aprender a valorar lo que tenemos cerca de nosotros porque nunca sabemos cuando lo podemos perder o necesitar.
FIN.