El almuerzo de los animalitos



Había una vez un grupo de animalitos muy amigos: un conejo saltarín, un oso perezoso, un zorro astuto y una ardilla juguetona. Todos ellos vivían en un bosque lleno de árboles frondosos y frutos deliciosos.

Cada día, a la hora de almorzar, los animalitos se reunían en un claro del bosque para compartir sus alimentos. El conejo siempre llevaba zanahorias, el oso traía miel de un panal cercano, el zorro cazaba ratones y la ardilla recolectaba nueces y frutas.

Un día, mientras disfrutaban su almuerzo, escucharon un ruido extraño proveniente del otro lado del arroyo. El oso, quien tenía buen olfato, rápidamente percibió el olor a humo.

Los animalitos asustados se apresuraron a cruzar el arroyo y descubrieron que un incendio forestal había comenzado. Sin dudarlo, el zorro les indicó que se separaran y buscaran agua para apagar las llamas.

El conejo, ágil como siempre, saltó sobre las ramas secas para evitar el fuego y llenó su boca con agua del arroyo. El oso, con su gran fuerza, derribó un árbol para crear una barrera contra las llamas.

La ardilla, rápida y astuta, corrió por las copas de los árboles, esparciendo el agua de su boca sobre las llamas, y el zorro, con su astucia, encontró una ruta segura para que todos los animalitos pudieran escapar. Trabajaron juntos, en equipo, para controlar el incendio y salvar su hogar en el bosque. Después de mucho esfuerzo, lograron apagar el incendio.

Los animalitos se abrazaron emocionados, sintiéndose orgullosos de su valentía y de haber actuado como un verdadero equipo.

A partir de ese día, los animalitos supieron que siempre podían contar los unos con los otros, no solo para el almuerzo, sino también en momentos de dificultad. Y así, con el trabajo en equipo y la solidaridad, vivieron felices y en paz en su querido bosque.

FIN.

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