El Altruismo de Cami y su Amigo Suri
En un pequeño pueblo llamado Arcoíris, vivía una niña llamada Cami. Cami era conocida por su gran corazón y su deseo de ayudar a los demás. Tenía un amigo inseparable, un perro llamado Suri, que siempre la acompañaba en sus aventuras.
Un día, mientras paseaban por el parque, Cami vio a un grupo de niños jugando a la pelota. Sin embargo, una de las pelotas se había quedado atrapada en un árbol alto.
"¡Ay! ¡No pueden jugar sin su pelota!" - exclamó Cami. "Voy a ayudarlos!"
Cami se subió a una rama baja y llegó hasta la pelota. Con cuidado, la descolgó y la hizo caer al suelo. Los niños aplaudieron y la agradecieron.
"¡Gracias, Cami! Eres la mejor!" - gritó Lucas, uno de los niños.
Ese mismo día, al volver a casa, Cami encontró a una ancianita tratando de cruzar la calle.
"¿Necesita ayuda, abuelita?" - preguntó Cami con una sonrisa.
"Oh, sí, querida. Mis piernas ya no son lo que solían ser," - respondió la ancianita.
Cami tomó la mano de la ancianita y la ayudó a cruzar. Al llegar al otro lado, la ancianita le dio una galleta como agradecimiento.
"¡Qué rica! ¿Puedo compartirla con Suri?" - preguntó Cami risueña.
Cami no solo estaba ayudando a los demás, sino que también estaba aprendiendo sobre generosidad. Pero al día siguiente, todo cambió.
Mientras paseaban nuevamente, Cami y Suri encontraron a una niña que lloraba. Era Sofía, una nueva en el pueblo.
"¿Qué te pasa?" - le preguntó Cami.
"No tengo amigos y nadie quiere jugar conmigo..." - sollozó Sofía.
"Eso es terrible, ven con nosotros." - le dijo Cami sonriendo.
Así fue como Cami, Suri y Sofía se hicieron amigos. Pasaron el día explorando el parque, recolectando flores y jugando.
Durante la tarde, Cami tuvo una idea.
"Podríamos hacer una fiesta para todos y así hacer nuevos amigos!" - propuso.
Sofía, emocionada, asintió.
"¡Sí, eso sería genial!"
Juntas organizaron la fiesta. Invitaron a todos los niños del pueblo y organizaron juegos, música y una merienda deliciosa.
El día de la fiesta, el parque estaba lleno de risas y alegría. Los niños jugaban y todos se hacían amigos. Cami miraba felices a todos a su alrededor.
Pero de repente, comenzó a llover y los niños se asustaron.
"¿Qué hacemos?" - preguntaron algunos.
"No se preocupen. Temos un chapiteau, ¡podemos seguir jugando bajo la lluvia!" - gritó Cami.
Al ver el entusiasmo de Cami, los demás niños se animaron.
Y así, se formaron equipos y comenzaron a jugar en medio de la lluvia, riendo y saltando. Cami fue el alma de la fiesta, ayudando a todos a divertirse, sin importar las inclemencias del tiempo.
Al final del día, todo el mundo estaba empapado, pero feliz. Cami miró a Suri y a Sofía, sintiéndose satisfecha por haber hecho felices a los demás.
"¿Vieron? ¡Nunca hay que rendirse!" - dijo Cami. "Podemos hacer sonreír a las personas con solo ser amables y ayudar."
Desde ese día, en el pueblo de Arcoíris, Cami y sus amigos aprendieron que el verdadero altruismo está en compartir y ayudar a los demás, disfrutando de la vida juntos. Y así, cada vez que alguien necesitaba una mano, sabían a dónde ir.
Fin.
FIN.