El amigo alado de Renzo



Había una vez en un bosque encantado, un pequeño zorrito llamado Renzo que estaba perdido. Había salido a explorar sin darse cuenta de lo lejos que se adentraba, y ahora no sabía cómo regresar a su madriguera.

Estaba asustado y solo, hasta que escuchó una voz amable que lo llamaba desde un árbol cercano. - ¡Hola! ¿Necesitas ayuda? -preguntó el búho Martín, posado en una rama.

Renzo miró hacia arriba y vio al búho sonriéndole con sus grandes ojos brillantes. - Sí, estoy perdido. No sé cómo volver a casa -respondió Renzo con tristeza. - No te preocupes, yo conozco este bosque como la palma de mi garra.

Te ayudaré a encontrar el camino de regreso -dijo Martín amablemente. Así fue como comenzó una hermosa amistad entre el zorrito Renzo y el búho Martín. Juntos recorrieron el bosque, sorteando obstáculos y peligros, pero siempre apoyándose mutuamente.

Martín le enseñaba a Renzo sobre las plantas venenosas, los caminos seguros y cómo orientarse por las estrellas en la noche oscura. Un día, mientras buscaban bayas para comer, se encontraron con Lola la ardilla, quien estaba atrapada en una red tendida por los cazadores furtivos del bosque.

Sin dudarlo ni un segundo, Renzo y Martín idearon un plan para liberar a Lola y ponerla a salvo.

Trabajaron juntos en equipo: Martín volaba alto para observar desde arriba, Renzo excavaba un túnel bajo la red y Lola seguía sus indicaciones al pie de la letra. Finalmente lograron rescatar a Lola y llevarla sana y salva a su nido en lo alto de un roble gigante.

La ardilla les dio las gracias emocionada y prometió ser su amiga por siempre. A partir de ese día, los tres amigos inseparables exploraban juntos el bosque, ayudándose mutuamente ante cualquier adversidad que se presentara en su camino.

Aprendieron que la verdadera amistad va más allá de compartir momentos felices; también significa estar ahí cuando más se necesita apoyo y compañía.

Y así fue como Renzo descubrió que la amistad son las personas que te brindan sus consejos y ayuda desinteresadamente; aquellos amigos que están contigo en las buenas ¡y también en las malas! El pequeño zorrito aprendió una valiosa lección: nunca debemos tener miedo de pedir ayuda ni tampoco dudar en ofrecer nuestra mano amiga a quienes lo necesiten.

Porque juntos somos más fuertes ¡y podemos superar cualquier desafío que se cruce en nuestro camino! Y colorín colorado este cuento ha terminado... ¡Pero nuestra amistad seguirá creciendo cada día más!

FIN.

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