El amigo conejito

Había una vez una niña llamada Ana, de 9 años, que vivía en una pequeña casa rodeada de campos y praderas.

Un día, mientras jugaba en el campo detrás de su casa, se alejó demasiado y se dio cuenta de que estaba perdida. Ana comenzó a caminar para tratar de encontrar su camino de regreso a casa, pero todo parecía igual y no podía distinguir ningún punto de referencia.

La tarde comenzó a caer y pronto se hizo noche. Ana estaba asustada y sola en medio del campo oscuro. De repente, escuchó un ruido extraño cerca. Se giró rápidamente pero no pudo ver nada más allá del círculo iluminado por la luz de la luna.

El ruido continuó acercándose lentamente hasta que finalmente apareció un pequeño conejo blanco. "¡Hola pequeño amigo! ¿Puedes ayudarme a encontrar mi camino a casa?" preguntó Ana con voz temblorosa.

El conejo asintió con la cabeza y comenzó a correr hacia el este. Ana lo siguió ansiosamente mientras sus pies golpeaban las hojas secas y los arbustos espinosos rasgaban su piel.

Después de unos minutos corriendo juntos, llegaron al borde del bosque donde había un arroyo cristalino que fluía tranquilamente entre las piedras lisas. El conejo saltó sobre algunas rocas para cruzar el arroyo mientras Ana tuvo que quitarse los zapatos para poder atravesarlo sin mojarse.

Cuando finalmente llegaron al otro lado del arroyo, el conejo desapareció entre los arbustos dejando a Ana sola de nuevo. Pero esta vez, sintió que todo iba a estar bien. Había superado sus miedos y había encontrado un camino para volver a casa.

Ana comenzó a caminar con más confianza, siguiendo el sonido del agua corriendo hasta que finalmente llegó al campo detrás de su casa. Su familia estaba allí, preocupada por ella y muy feliz de verla sana y salva.

Desde ese día en adelante, Ana aprendió la importancia de no alejarse demasiado cuando jugaba afuera y siempre pedir ayuda si se perdía. También aprendió que incluso en los momentos más oscuros, hay amigos inesperados dispuestos a ayudarnos a encontrar nuestro camino.

Y así termina la historia de Ana y el conejo blanco que le mostró el camino a casa.