El amigo especial



Había una vez un niño llamado Martín, a quien le encantaba explorar el campo cerca de su casa. Un día, mientras jugaba cerca de un arroyo, Martín encontró una pequeña ranita.

Sin dudarlo, la colocó en su bolsillo y desde ese momento, la ranita se convirtió en su inseparable compañera. Martín llevaba a la ranita a todas partes: al colegio, a jugar con sus amigos e incluso dormían juntos. "Ranita, hoy aprenderás cosas muy divertidas en la escuela.

Serás mi compañera de pupitre", le decía Martín a su amiga ranita. Los amigos de Martín se sorprendieron al ver a la ranita, pero pronto se acostumbraron y les encantaba jugar con ella. Sin embargo, un día, la ranita desapareció misteriosamente.

Martín estaba desesperado y triste. Decidió buscarla por todas partes, preguntó a sus amigos y recorrió el campo sin descanso. Finalmente, encontró a la ranita en el arroyo, rodeada por un grupo de otras ranitas. "Amigo, te extrañé tanto.

He conocido a muchas ranitas nuevas y quiero que también sean tus amigas", dijo la ranita. Martín entendió que su amiga quería explorar y relacionarse con otras ranitas.

A pesar de extrañarla, dejó que la ranita siguiera su camino con sus nuevos amigos. Martín aprendió que, a veces, es necesario dejar que las cosas que amamos sean libres para crecer y ser felices.

A partir de ese día, Martín visitaba el arroyo con frecuencia y disfrutaba observando a las ranitas jugar y croar. Con el tiempo, Martín hizo muchos amigos nuevos en el campo, pero la amistad con su ranita siempre ocuparía un lugar especial en su corazón.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!