El amigo inesperado



Había una vez un niño llamado Juanito que le encantaba explorar la naturaleza. Un día, decidió aventurarse por la montaña en busca de nuevas aventuras. Caminaba felizmente mientras observaba los árboles y escuchaba el canto de los pájaros.

De repente, el cielo se oscureció y comenzó a llover fuertemente. Juanito no tenía dónde refugiarse y se puso muy triste al verse empapado bajo la lluvia. Pero entonces, vio un árbol hueco donde podría protegerse del agua.

Cuando entró en el árbol, notó algo inusual: ¡había un pájaro carpintero viviendo allí! El pájaro carpintero solía burlarse de Juanito cuando lo veía pasar por la montaña. Sin embargo, esta vez fue diferente.

"Hola, pequeño amigo", dijo el pájaro carpintero amablemente mientras secaba las plumas de su cabeza. "Puedes quedarte aquí hasta que pare de llover. "Juanito estaba sorprendido por la amabilidad del pájaro carpintero y aceptó con gratitud su ofrecimiento.

Pasaron horas charlando y riendo juntos mientras esperaban que la lluvia cesara. Finalmente, el sol volvió a brillar en el cielo y las nubes desaparecieron poco a poco. Juanito sabía que era hora de regresar a casa, pero antes quería despedirse del pájaro carpintero.

"Gracias por tu hospitalidad", dijo Juanito con una sonrisa. "Eres un verdadero amigo". El pájaro carpintero respondió con alegría: "No hay de qué, Juanito. Me alegra haber podido ayudarte". Después de despedirse, Juanito se dirigió hacia su casa.

Pero en el camino, se encontró con una fuerte ráfaga de viento que amenazaba con derribar algunos árboles. Juanito recordó la amabilidad del pájaro carpintero y decidió ayudar a los árboles a mantenerse firmes.

Utilizó cuerdas para atarlos entre sí y así evitar que cayeran. Pasó horas trabajando arduamente hasta que todos los árboles estuvieron seguros. Cuando regresó a su casa, sus padres lo recibieron con alegría.

Le preguntaron cómo había sido su aventura por la montaña y él les contó todo sobre el pájaro carpintero y cómo juntos habían superado la lluvia. Desde ese día, Juanito aprendió una valiosa lección: nunca juzgar a alguien por sus acciones pasadas.

El pájaro carpintero demostró ser un amigo leal y generoso cuando más lo necesitaba. A partir de entonces, Juanito siempre fue amable y comprensivo con los demás, sin importar lo que hubieran hecho antes.

Y cada vez que veía un pájaro carpintero picoteando un árbol, sonreía recordando esa maravillosa experiencia en la montaña.

FIN.

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