El amigo nuevo de Mateo



Había una vez un niño llamado Mateo, de seis años, que estaba emocionado por su primer día de escuela. Él había oído hablar mucho sobre la escuela y quería hacer amigos nuevos.

El primer día de clases, Mateo estaba sentado en su pupitre, nervioso y mirando a su alrededor para ver si podía hacer nuevos amigos. Fue entonces cuando vio a un niño sentado solo en el fondo del salón.

Mateo se acercó al niño y le preguntó: "¿Quieres ser mi amigo?" El otro niño sonrió tímidamente y dijo que sí. A partir de ese momento, Mateo y su nuevo amigo se convirtieron en inseparables.

Juntos aprendían cosas nuevas todos los días y exploraban el mundo juntos. Pero un día, durante el recreo, Mateo notó que su amigo no parecía estar pasándola bien. "¿Qué pasa?", preguntó Mateo. Su amigo respondió: "Me siento solo porque nadie quiere jugar conmigo".

Mateo no pudo soportar ver a su amigo triste así que decidió hacer algo al respecto. Se acercó a otros niños en el patio de juegos e invitó a todos ellos a jugar juntos con él y su amigo.

Para sorpresa de ambos niños, todos aceptaron la invitación. Jugaron juntos durante todo el recreo y después se fueron felices a sus casas.

Desde ese día en adelante, la pandilla creció cada vez más grande con muchos niños nuevos uniéndose gracias a la iniciativa de Mateo. Todos eran amigos ahora gracias al pequeño acto amable del valiente Mateito quien nunca dejaba solos a sus amigos. La moraleja de la historia es que siempre debemos ser amables y compasivos con los demás.

A veces, un simple acto de bondad puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien más. Y así, Mateo aprendió que la amistad es una aventura emocionante que se hace mejor cuando se comparte con muchos amigos.

FIN.

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