El amor bajo la lluvia


Había una vez en un pequeño pueblo, una niña llamada Sofía, quien amaba los días de lluvia. Le encantaba ver caer las gotas desde su ventana y escuchar el sonido reconfortante de la lluvia golpeando el techo de su casa.

Un día, mientras caminaba bajo la lluvia con su paraguas colorido, se encontró con un niño llamado Martín. Martín también disfrutaba de los días lluviosos y llevaba consigo un paraguas con estampados de dinosaurios.

-Hola, ¿también te gusta la lluvia? -le preguntó curioso Martín a Sofía. -Sí, me encanta -respondió Sofía con una sonrisa. A partir de ese día, Sofía y Martín se convirtieron en amigos inseparables.

Juntos, disfrutaban de largos paseos bajo la lluvia, saltando en charcos y riendo a carcajadas. Con el paso del tiempo, esa amistad se convirtió en un cariño especial.

Un día, mientras paseaban bajo la lluvia, Martín tomó la mano de Sofía y dijo: -Sofía, desde que te conocí, mi vida ha sido mucho más alegre. ¿Quieres ser mi novia? Sofía, emocionada, asintió con una sonrisa radiante. A partir de ese día, continuaron disfrutando de los días lluviosos juntos, pero ahora con un amor que los unía.

Con el tiempo, la lluvia se convirtió en un símbolo de su amor, recordándoles lo especial que era haberse encontrado bajo la lluvia. Y así, juntos, aprendieron que el amor puede surgir en los momentos más inesperados, incluso en un día de lluvia.

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