El amor de Abraham y Isaura



Había una vez en el bosque de los abrazos, un osito llamado Abraham que siempre se sentía solo. Pasaba sus días recorriendo el bosque en busca de amigos con quienes compartir su alegría y cariño.

Sin embargo, todos los animales del bosque parecían tener ya sus propios grupos y no le prestaban mucha atención. Un día, mientras caminaba cerca de un arroyo, vio a una conejita muy bonita llamada Isaura.

Desde ese momento, Abraham sintió mariposas en su estómago y supo que había encontrado a alguien especial. Pero sabía que era un amor imposible, ya que los ositos y las conejitas no solían relacionarse en el bosque.

Los años pasaron y Abraham seguía viendo a Isaura de lejos, sin atreverse a acercarse por miedo al rechazo.

Pero un día, después de 12 largos años de miradas furtivas y sonrisas tímidas, algo mágico sucedió: Isaura se acercó a Abraham con una cesta llena de zanahorias (su comida favorita) y le dijo:"Hola, Osito Abraham. He notado tus miradas durante todos estos años y he sentido una conexión especial contigo.

¿Te gustaría salir a dar un paseo juntos?"Abraham no podía creer lo que estaba escuchando. Su corazón latía tan fuerte que pensó que saldría disparado de su pecho. Con una sonrisa enorme en su rostro, aceptó la invitación de Isaura y juntos comenzaron a conocerse mejor.

Durante esos paseos por el bosque, descubrieron que tenían mucho en común: les encantaba cantar juntos bajo la luz de la luna llena, compartir historias divertidas sobre sus aventuras diarias e incluso bailar al ritmo del viento entre los árboles.

Poco a poco, la amistad entre Abraham y Isaura se transformó en algo más profundo y especial. Ambos sentían mariposas revoloteando en sus estómagos cada vez que estaban juntos, como si fueran dos piezas perfectamente complementarias.

Y así llegamos al final inconcluso de esta historia: Una tarde soleada en la pradera del amor, rodeados de flores silvestres y pájaros cantando melodías dulces, Abraham tomó la mano de Isaura con ternura y le preguntó con voz temblorosa:"Isaura...

¿Quieres ser mi novia?"El resto quedará escrito por ustedes dos llenando este cuento con amor incondicional e ilusiones compartidas para siempre jamás. ¡Que vivan felices!

FIN.

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