El amor de Carmen y Lui


En la ciudad de Buenos Aires, al caer la tarde, Carmen y Lui se reunían en el parque para disfrutar de la hermosa puesta de sol.

Carmen, una niña amorosa y curiosa, siempre llevaba consigo su libreta de dibujo, mientras que Lui, un niño creativo y juguetón, solía llevar su caja de acuarelas. Juntos exploraban el parque, observando las formas caprichosas que las nubes iban adquiriendo, y jugaban a adivinar qué animal o personaje se formaba en el cielo.

Una tarde, mientras observaban el atardecer, Carmen se detuvo de repente y señaló hacia el horizonte. - ¡Mira, Lui! ¡El cielo se está llenando de corazones! - exclamó emocionada.

Lui sonrió y asintió, y sin mediar palabra comenzó a pintar rápidamente en su libreta. Al cabo de unos minutos, mostró a Carmen su obra: un cielo lleno de corazones multicolores que parecían bailar con el viento. - Esto es para ti, Carmen.

Es mi forma de decirte cuanto te aprecio - dijo Lui con una sonrisa tímida. Carmen, emocionada, le dio las gracias y le entregó una de sus hermosas ilustraciones.Los

amigos continuaron su tradición de encontrar formas en las nubes, pero a partir de ese día, siempre pintaban el atardecer juntos, intercambiándose sus creaciones. Esta hermosa actividad les enseñó la importancia de expresar sus sentimientos y apreciar las pequeñas cosas de la vida, como el amor y la amistad que compartían.

Así, la magia del atardecer en la ciudad les brindó momentos inolvidables y les mostró que el amor puede manifestarse de formas sencillas, como en un cielo lleno de corazones.

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