El Amor de la Abuela Eterno



Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, una abuela llamada Rosa. Rosa era una mujer llena de alegría y amor, especialmente por sus dos nietos: Martín y Valentina.

Un día soleado, los niños fueron a visitar a su abuela como lo hacían todos los fines de semana. Cuando llegaron a su casa, la encontraron triste y preocupada. "Abuela, ¿qué te pasa?" preguntó Martín con curiosidad.

"Mis queridos nietos", dijo Rosa con voz entrecortada, "he estado pensando en el tiempo que nos queda juntos. Sé que soy mayor y no sé cuánto más podré estar aquí con ustedes". Los niños se miraron entre sí y luego abrazaron fuertemente a su abuela.

"No te preocupes, abuela", dijo Valentina con ternura. "Aunque el tiempo pase rápido, siempre estaremos juntos en nuestros corazones". Rosa sonrió al escuchar esas palabras llenas de sabiduría infantil.

Al día siguiente, cuando los niños regresaron a casa después de la escuela, encontraron una sorpresa especial esperándolos. Su abuela había preparado un álbum lleno de recuerdos maravillosos: fotos de ellos jugando en el parque, cocinando galletitas juntos e incluso dibujos hechos por ellos cuando eran más pequeños.

"Este álbum representa nuestro amor eterno", dijo Rosa emocionada. "Incluso si algún día ya no estoy físicamente presente, siempre podrán mirarlo y recordar todos los momentos felices que compartimos". Los días pasaban rápidamente mientras la familia creaba nuevos recuerdos juntos.

Pero un día, Rosa enfermó y tuvo que quedarse en cama. "No te preocupes, abuela", dijo Martín con voz temblorosa. "Siempre estaremos aquí contigo".

Los niños visitaban a su abuela todos los días después de la escuela y le contaban historias divertidas para animarla. Aunque Rosa estaba débil, su espíritu seguía siendo tan fuerte como siempre. Un día, mientras los niños leían uno de sus cuentos favoritos a su abuela, ocurrió un milagro.

De repente, una luz brillante llenó la habitación y una hermosa mariposa apareció volando alrededor de ellos. "¡Miren! ¡Es como si el amor de la abuela se hubiera convertido en esta mariposa!", exclamó Valentina emocionada.

La mariposa revoloteó alrededor de ellos durante unos minutos antes de desaparecer lentamente por la ventana. "Creo que eso significa que nuestra abuela siempre estará con nosotros", dijo Martín con admiración. "Sí", respondió Valentina sonriendo. "Nuestro amor por ella es eterno".

Con el tiempo, los niños crecieron pero nunca olvidaron a su amada abuela Rosa. Siempre llevaron consigo el álbum lleno de recuerdos y sabían que el amor que compartieron duraría para siempre.

Y así, la historia de la abuela Rosa y sus nietos nos enseña que aunque las personas puedan partir físicamente, el amor verdadero nunca muere. Nos recuerda lo importante que es valorar cada momento juntos y atesorar esos recuerdos especiales porque son ellos los que nos acompañarán toda la vida.

FIN.

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