El amor de la pequeña mariposa



Había una vez en un hermoso jardín, una pequeña mariposa llamada Margarita. Margarita era una mariposa muy curiosa, siempre volando de flor en flor para descubrir nuevos colores, aromas y sabores.

Un día, mientras revoloteaba por el jardín, Margarita se detuvo en una flor de brillantes pétalos amarillos. Allí conoció a Mateo, una abejita trabajadora y muy cariñosa.

Desde el primer instante en que se vieron, Margarita y Mateo sintieron una conexión especial, como si sus corazones hubieran bailado al mismo compás. "¿Quién eres tú, tan encantadora y hermosa?", preguntó Mateo con un zumbido suave. "Soy Margarita, la mariposa viajera. Me encanta la aventura y la exploración", respondió Margarita con entusiasmo.

Los dos pequeños seres no podían apartar sus ojos el uno del otro y, con el pasar de los días, su amor creció más y más. Sin embargo, enfrentaron varios desafíos. Una tarde, una fuerte tormenta azotó el jardín, dañando la flor donde Margarita solía posarse.

Mateo, con valentía, la rescató y la llevó a un lugar seguro. "Gracias, querido Mateo, por tu valentía y tu amor incondicional", dijo Margarita con gratitud. Juntos, superaron obstáculos y aprendieron a cuidarse mutuamente.

Con el tiempo, Margarita y Mateo entendieron que el amor a primera vista puede crecer y fortalecerse con el cuidado, la amistad y el respeto mutuo.

Y así, en aquel hermoso jardín, la mariposa y la abejita demostraron que el amor verdadero puede superar cualquier desafío y perdurar para siempre.

FIN.

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