El amor de la sierra



En lo profundo de la sierra vivían Eloy y María, dos jóvenes llenos de alegría y amor. Pasaban los días explorando los hermosos paisajes y cuidando juntos de su rebaño.

Pero, un día, un chico llamado Juancho llegó a la sierra, y al ver a María se enamoró perdidamente de ella.

- ¡María, eres la flor más bella de la sierra! ¿Quieres ser mi novia? - le dijo Juancho a María, pero ella amaba a Eloy y gentilmente rechazó la propuesta. Juancho, lleno de tristeza y desesperación, decidió irse de la sierra. Sin embargo, en su camino, sufrió un trágico accidente y falleció. Eloy y María, con el corazón apesadumbrado, lloraron la pérdida de Juancho.

Una noche, mientras Eloy reflexionaba sobre lo ocurrido, una estrella fugaz surcó el cielo y cayó justo en frente de él.

La estrella de alguna forma le concedió un deseo, y Eloy, con dolor en su corazón, pidió que su amor por María nunca desapareciera, incluso si eso significaba convertirse en piedra. Entonces, la estrella lo transformó en una estatua de piedra, pero su amor por María seguía vivo. María, al ver a Eloy convertido en piedra, comprendió la magnitud de su amor.

- Eloy, siempre estarás en mi corazón, nunca te olvidaré. Prometo amarte por siempre - susurró María, con lágrimas en los ojos. Los días pasaron, y la historia de Eloy y María se convirtió en leyenda en la sierra.

La gente venía de todas partes para ver la estatua de Eloy, cuyo amor por María trascendía el tiempo. Y así, cada vez que alguien observaba la estatua, recordaban el poder eterno del amor.

María, por su parte, honró el recuerdo de Eloy cuidando de la estatua y compartiendo su historia con todos.

Las personas que escuchaban este relato aprendían acerca del valor, la lealtad y el poder del amor verdadero, comprendiendo que las decisiones apresuradas y la tristeza no siempre llevan a buen puerto. Finalmente, la sierra se llenó de amor, respeto y comprensión, convirtiéndose en un lugar de esperanza y aprendizaje para todos los visitantes.

FIN.

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