El amor de Malena


Malena era una niña muy curiosa y aventurera que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Un día, mientras exploraba el bosque cercano, se encontró con un mono negro de ojos grandes y brillantes que parecía estar perdido.

- Hola, pequeño amigo ¿estás bien? - preguntó Malena acercándose al animalito. El mono negro la miró fijamente y luego comenzó a saltar alrededor de ella haciendo gestos divertidos.

Malena se rió y decidió llevarlo a su casa para cuidarlo hasta encontrar a sus dueños. Durante los siguientes días, Malena se encargó del mono negro con mucho cariño y dedicación.

Le daba comida y agua fresca todos los días, lo llevaba a pasear por el bosque y le enseñaba trucos nuevos. El mono negro estaba muy contento con ella y no quería separarse nunca más.

Un día, mientras jugaban juntos en el parque del pueblo, el mono negro vio a una monita blanca que caminaba sola por ahí. De repente, empezó a saltar emocionado hacia ella como si fuera su amor verdadero. - ¡Mira Malena! ¡Esa es mi novia! - exclamó el mono negro señalando hacia la monita blanca.

Malena sonrió al ver lo feliz que estaba su amigo pero también sintió una punzada de tristeza al pensar que tal vez tendrían que despedirse pronto. - No te preocupes amigo, siempre podrás visitarme cuando quieras - dijo Malena tratando de consolarlo.

Pero el mono negro no escuchaba nada de eso. Estaba tan enamorado de la monita blanca que no quería alejarse de ella ni un segundo. Así que decidió irse con ella a buscar su amor verdadero.

Malena se sintió triste al verlo partir pero también sabía que eso era lo mejor para su amigo. Le deseó mucha suerte y prometió esperarlo en casa siempre que quisiera volver. Los días pasaron y Malena empezó a extrañar mucho al mono negro.

Pensaba en él todo el tiempo y se preguntaba si habría encontrado a su amor verdadero. Un día, mientras estaba sentada en el jardín de su casa, vio algo inesperado.

- ¡Mono negro! - gritó emocionada al verlo aparecer por detrás del árbol más grande del jardín. El mono negro había regresado con una sorpresa muy especial: la monita blanca estaba con él y parecía estar feliz junto a él.

- Hola Malena, te presento a mi novia - dijo el mono negro sonriendo ampliamente. Malena los miró felices juntos y sintió una gran alegría en su corazón. Había aprendido que el amor verdadero es capaz de superar cualquier distancia o dificultad si realmente lo deseas con todo tu corazón.

Y aunque ya no vivían juntos, seguían siendo amigos inseparables para siempre.

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