El amor de Sofi


Había una vez una niña llamada Sofía, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos campos verdes. Sofía era muy especial, ya que siempre veía lo mejor en las personas y en el mundo que la rodeaba.

Pero lo más importante para Sofía eran sus abuelos. Ellos eran su mayor tesoro y los amaba con todo su corazón. Cada tarde, después de la escuela, Sofía corría a casa de sus abuelos para pasar tiempo con ellos.

Un día, cuando llegó a casa de sus abuelos, encontró a su abuela llorando.

Sofía se acercó corriendo y preguntó preocupada:- Abuela, ¿qué te pasa? ¿Por qué estás llorando? La abuela tomó a Sofía entre sus brazos y le dijo:- Querida Sofi, tu abuelo está enfermo y tendrá que ir al hospital por un tiempo. Sofia se puso triste al escuchar eso. Ella no podía imaginar estar sin su querido abuelo durante tanto tiempo.

Pero en lugar de dejarse llevar por la tristeza, Sofi decidió hacer algo especial para animar a su abuelo durante su estadía en el hospital. Se puso manos a la obra y comenzó a dibujar tarjetas coloridas llenas de amor y mensajes positivos.

Al día siguiente, Sofia fue al hospital junto con sus padres para visitar a su abuelo. Llevaba consigo todas las tarjetas que había hecho con tanto cariño.

Cuando entraron en la habitación del hospital, vieron al abuelo sonreír por primera vez desde que había llegado allí. - ¡Sofía! - exclamó el abuelo emocionado-. ¿Qué es todo esto? Sofía le dio un abrazo y le explicó:- Abuelo, estas tarjetas son para ti.

Quiero que siempre tengas una sonrisa en tu rostro y sepas lo mucho que te queremos. El abuelo no pudo contener las lágrimas de felicidad al ver los dibujos y leer los mensajes llenos de amor que Sofía había hecho para él.

Desde ese día, Sofía visitaba a su abuelo todos los días después de la escuela. Juntos reían, jugaban juegos de mesa y compartían historias maravillosas. Aunque estaban separados físicamente por las paredes del hospital, su amor era más fuerte que nunca.

Un día, cuando Sofi llegó al hospital después de la escuela, encontró a toda su familia reunida en la habitación del abuelo. Había globos, confeti y una gran torta llena de velitas brillantes.

- ¡Feliz cumpleaños, abuelito! - gritó Sofia emocionada. Resulta que era el cumpleaños del abuelo y todos habían planeado una fiesta sorpresa para él en el hospital. La cara del abuelito se iluminó con una enorme sonrisa mientras soplaba las velitas junto a Sofi.

Después de esa fiesta especial, el médico anunció que el abuelo estaba lo suficientemente bien como para regresar a casa. Todos estaban muy felices porque finalmente estarían juntos otra vez.

Cuando llegaron a casa, Sofi corrió hacia sus amigos del vecindario y les dijo:- ¡Mis abuelos son los más hermosos del mundo! Siempre están ahí para mí, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Y así, Sofía aprendió que el amor y el apoyo de la familia pueden superar cualquier obstáculo.

Aprendió a valorar cada momento con sus abuelos y a siempre buscar lo mejor en las personas y en el mundo que la rodeaba.

Desde entonces, Sofi nunca dejó de decirle a sus abuelos lo hermosos que eran, porque sabía que su amor era lo más valioso de todo. Y esa fue la historia de la niña que amaba a sus abuelos y decía que eran hermosos.

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