El amor del Ceibo y la colibrí

En un hermoso lugar de América, vivía un majestuoso árbol ceibo, cuyas bellas flores rojas atraían a todo tipo de especies. En particular, una colibrí se enamoró perdidamente de él.

La colibrí visitaba el árbol todos los días, maravillada por su belleza y encanto. Un día, la colibrí se encontró con un grupo de aves que le contaron sobre otros lugares maravillosos que podrían explorar juntas.

Intrigada, la colibrí empezó a dudar si debía quedarse junto al ceibo o seguir su deseo de explorar. El ceibo, al notar la tristeza de la colibrí, le dijo: "Querida colibrí, el amor verdadero es aquel que te permite ser libre.

Si tu deseo es explorar el mundo, no dejes que mi amor te detenga. Siempre serás bienvenida aquí, pero tu libertad es lo más importante". Con estas palabras, la colibrí comprendió que el amor del ceibo era puro y desinteresado.

Decidió emprender su viaje, llevando consigo una semilla del árbol como símbolo de su amor. A medida que la colibrí exploraba el mundo, sembraba semillas de ceibo en cada lugar que visitaba, llevando así el amor del árbol a cada rincón del continente.

Y así, el valor de la libertad y el amor puro del ceibo se extendieron por toda América, recordando a todos que el amor verdadero siempre es libre.