El amor en colores


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Valle Feliz, una niña llamada Lilian. Vivía en una casita humilde con su mamá y sus tres hermanitos.

A pesar de que su mamá trabajaba duro para sacar adelante a la familia, muchas veces no alcanzaba el dinero y las cosas en casa se ponían difíciles. Un día, mientras Lilian jugaba en el parque del pueblo, conoció a un niño llamado Martín.

Martín era mayor que ella y le pareció muy simpático desde el primer momento. Comenzaron a pasar mucho tiempo juntos y pronto Lilian se dio cuenta de que sentía algo más por él, algo que no sabía identificar bien.

"Martín, ¿quieres ser mi novio?" -le preguntó tímidamente un día en el parque. "¡Claro! ¡Me encantaría!" -respondió Martín con una sonrisa que iluminaba su rostro. Pero lo que Lilian no sabía es que Martín no era tan bueno como parecía.

Él comenzó a pedirle cosas extrañas, como mentirle a su mamá o faltar al colegio para estar juntos todo el tiempo. Lilian se sentía confundida, porque aunque quería mucho a Martín, sabía en su corazón que eso estaba mal.

Un día, después de una discusión fuerte con Martín, Lilian regresó a casa llorando desconsoladamente. Su mamá notó algo diferente en ella y decidió sentarse a hablar seriamente. "¿Qué te pasa, hija? Cuéntame qué está pasando.

" -dijo la mamá de Lilian con preocupación. Lilian rompió en llanto y le contó todo lo que había estado viviendo con Martín.

Su mamá la abrazó fuerte y le dijo palabras llenas de amor y sabiduría:"Lilian, el verdadero amor no lastima ni controla. El verdadero amor respeta tus decisiones y te hace sentir feliz y segura. Tú vales mucho más de lo que crees y mereces ser tratada siempre con respeto.

"Las palabras de su mamá resonaron en lo más profundo del corazón de Lilian. A partir de ese día decidió alejarse de Martín y enfocarse en sí misma y en sus sueños.

Comenzó a estudiar más duro en la escuela, ayudaba a su mamá en todo lo posible e incluso encontró un nuevo pasatiempo: la pintura. Con el tiempo, Lilian descubrió que tenía un talento especial para pintar paisajes hermosos del Valle Feliz donde vivían.

Sus cuadros empezaron a llamar la atención de los vecinos y pronto tuvo la oportunidad de exponerlos en una galería local. El día de la exposición fue todo un éxito. Muchas personas quedaron maravilladas por las obras de arte de Lilian e incluso algunos quisieron comprarlas.

Desde ese momento, la vida de Lilian cambió para siempre. Se dio cuenta de que era capaz de superar cualquier obstáculo si confiaba en sí misma y buscaba apoyo en quienes realmente la amaban incondicionalmente como su madre.

Aprendió también que el amor verdadero comienza por uno mismo: amarse, respetarse y valorarse tal como es.

Y así, entre pinceles y colores brillantes, Lilian escribió su propia historia llena de valentía, determinación y amor propio; inspirando a todos los niños del Valle Feliz a nunca rendirse ante las adversidades y seguir adelante con esperanza y alegría en sus corazones.

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