El Amor en el Bosque Encantado
Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas, una niña llamada Clara. Clara era curiosa y soñadora, siempre miraba las estrellas y se preguntaba si existían criaturas mágicas. Un día, escuchó cuentos sobre un bosque encantado donde vivía un monstruo, pero este no era un monstruo cualquiera, ¡era el amor de su vida!
Cuando la luna llena iluminó el cielo, Clara decidió que era hora de conocer a su amor. Le dijo a su mamá:
"Mamá, voy a buscar al monstruo del bosque. ¡Dicen que es muy especial!"
Su mamá sonrió y le respondió:
"Cuidado, Clara, los monstruos pueden asustar. Pero si lo sientes en tu corazón, sigue tu camino con valentía."
Con su mochila llena de provisiones, Clara se adentró en el bosque. A medida que caminaba, los árboles parecían susurrarle secretos, y el viento acariciaba su piel. En el fondo de su corazón, sabía que estaba haciendo lo correcto.
Después de varias horas de caminata, Clara llegó a un claro donde un gran monstruo de pelaje azul y ojos relucientes la estaba esperando. A pesar de su apariencia, el monstruo tenía una sonrisa gentil. Clara, en lugar de sentir miedo, sintió una extraña conexión con él.
"Hola, Clara. He estado esperándote."
dijo el monstruo con voz suave.
"¡Hola! No te esperaba tan... amable."
respondió ella, relajándose.
"La gente a menudo se asusta de mí, solo porque no me conocen bien. Pero, en mi corazón, soy un buen amigo. ¿Por qué has venido a este bosque?"
Clara se sintió tranquila y comenzó a contarle sobre su vida en el pueblo, sus sueños y cómo siempre había querido ver el mundo más allá de las montañas.
"A veces, lo que parece monstruoso es solo diferente. Yo floto mis días aquí para proteger la magia del bosque, pero a veces me siento muy solo."
reveló el monstruo, llenando su voz de tristeza.
Clara se sintió conmovida. En ese momento, comprendió que el amor no se medía por la apariencia, sino por el corazón. Ella no quería que el monstruo se sintiera solo, así que decidió visitarlo todos los días.
Pasaron días y semanas, y su amistad floreció. Juntos exploraban las maravillas del bosque, ayudaban a los animales heridos y aprendían unos de otros. El monstruo enseñó a Clara sobre las plantas mágicas que curaban y la importancia de cuidar el medio ambiente.
Una tarde, mientras jugaban en el arroyo, el monstruo le dijo:
"Quiero mostrarte algo muy especial. Sígueme."
La llevó a una parte del bosque donde las flores brillaban como estrellas y venados de belleza indescriptible brincaban. Clara se maravilló por la belleza del lugar.
"Es tan hermoso...¿estas flores son mágicas?" preguntó Clara.
"Sí, cada vez que alguien encuentra alegría aquí, estas flores florecen más."
Clara decidió que quería compartir esta belleza con su pueblo. Sin embargo, temía que la gente no aceptara a su amigo monstruo. El monstruo, al leer su tristeza, le dijo:
"Te entiendo, pero el amor verdadero se basa en la aceptación. Tal vez puedas invitarlos a conocerme."
Con un poco de miedo, Clara decidió organizar un picnic en el bosque y llevó a sus amigos. Todos llegaron con dudas, pero al ver al monstruo, sus expresiones comenzaron a cambiar.
"¡Hola, soy el monstruo! Bienvenidos."
Los niños se sorprendieron, pero pronto, Clara empezó a hablar sobre todas las cosas maravillosas que habían hecho juntos y cómo el monstruo había sido su amigo. El monstruo sonrió y les mostró el campo de flores mágicas.
A medida que pasaba la tarde, los niños comenzaron a jugar con él y a ver que la verdadera belleza estaba más allá de las apariencias. El bosque, antes visto como un lugar misterioso, ahora se convirtió en un sitio de felicidad y amistad.
"¡Gracias, Clara!" dijeron sus amigos mientras se reían y jugaban con el monstruo.
Clara sonrió. Había conseguido lo que quería: mostrar la bondad que existía en el corazón de su amigo monstruo. Lo que era dañado por los temores y prejuicios se convirtió en un hermoso bosque lleno de amistad y amor.
Y así, Clara y su amor monstruoso se convirtieron en embajadores de la aceptación y el respeto hacia las diferencias, demostrando que el amor no tiene forma y puede brillar en los lugares más inesperados. Desde aquel día, el bosque encantado fue visitado por muchos, todos querían conocer al monstruo y a su valiente amiga, Clara.
Y colorín colorado, este cuento de amor y valentía se ha terminado.
FIN.