El amor en el mundial de las cucarachas


Había una vez una cucaracha llamada Carlota que vivía en un agujero debajo de la calle Arenales. Un día, mientras buscaba comida entre las hojas secas, se topó con un cucaracho llamado Carlos que estaba juntando figuritas del mundial.

Carlota quedó enamorada al instante y decidió acercarse a él para conocerlo mejor. Al principio, Carlos se mostró un poco tímido, pero después de conversar un rato, ambos descubrieron que tenían muchas cosas en común.

"¿Te gusta el fútbol?"- preguntó Carlota. "Sí, me encanta"- respondió Carlos emocionado-. "Estoy coleccionando todas las figuritas del mundial". "¡Yo también! ¿Cuál te falta?""La de Messi", suspiró Carlos-. "Es la única que me falta para completar mi álbum".

Desde ese día, Carlota comenzó a ayudar a Carlos en su búsqueda por conseguir la ansiada figurita. Juntos recorrían los rincones más insólitos de la ciudad en busca de algún kiosco o tienda donde pudieran encontrarla.

Pero un día ocurrió algo inesperado: se cortó la luz en todo el edificio donde vivía Carlos y tuvo que subir los 16 pisos por escalera para llegar hasta su departamento. Carlota no dudó ni un segundo y lo acompañó en su travesía.

A medida que subían escalón tras escalón, ambos se dieron cuenta de lo importante que era tener alguien que te apoye en momentos difíciles. Y aunque el camino era largo y cansador, nunca perdieron la esperanza ni dejaron de sonreír.

Finalmente, llegaron al departamento de Carlos y encendieron una vela para iluminar la habitación.

Allí, en medio de la oscuridad, se dieron cuenta de que el amor que sentían el uno por el otro era más fuerte que cualquier obstáculo. "Gracias por acompañarme", dijo Carlos mientras le tomaba la mano a Carlota-. "No sé qué haría sin ti". "No tienes nada que agradecer", respondió ella con dulzura-. "Siempre estaré aquí para apoyarte".

A partir de ese día, Carlota y Carlos siguieron juntos en su búsqueda por completar el álbum del mundial.

Y aunque no encontraron la figurita de Messi, aprendieron que lo importante no es tener todo lo que quieres, sino tener a alguien con quien compartir tus sueños. Y así fue como esta historia terminó felizmente: dos cucarachas enamoradas unidas por una pasión en común y un amor incondicional que los llevó hasta lo más alto.

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