El amor en la cerámica



Había una vez, en un día radiante, un río llamado Serrano que fluía alegremente por un pueblito. Se deslizaba entre las orillas terrosas, donde crecían los árboles y las flores.

Una mañana, el río Serrano se detuvo en seco al ver la orilla más hermosa que jamás había visto. Quedó prendado de su belleza y, poco a poco, se fue enamorando de ella.

- '¡Oh, orilla terrosa, tú eres la más hermosa! ¡Me he enamorado perdidamente de ti!', murmuró el río enamorado. La orilla, al escuchar las dulces palabras del río, se ruborizó y respondió: - 'Río Serrano, tus aguas son como la melodía de un pajarito, me hacen sentir viva y radiante.

¡También me he enamorado de ti!' El río, rebosante de felicidad, se acercó lentamente a la orilla y, con mucha ternura, se aserró a ella, formando una hermosa arcilla. Esta arcilla, llena de amor, fue descubierta por una familia del pueblito.

La familia, al ver la belleza de la arcilla, decidió cocinarla y darle forma con sus manos, convirtiéndola en una hermosa cerámica. Al tocarla, la cerámica transmitía el amor puro y radiante del río Serrano y la orilla terrosa, llenando el hogar con su encanto.

La cerámica, con su brillo resplandeciente, contaba la historia de amor entre el río y la orilla, inspirando a todos a encontrar la belleza en lo simple y la grandeza en el amor sincero.

FIN.

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