El amor en la oficina


Era una vez en una oficina muy concurrida, donde todos los días llegaba temprano la secretaria Ella. Ella siempre estaba atenta a sus tareas, organizando documentos y atendiendo llamadas telefónicas.

Un día, mientras pasaba por su escritorio, un joven compañero de trabajo la miró detenidamente y comenzó a sentir algo nuevo en su corazón. Cada día que pasaba, su amor por Ella crecía más y más. - ¡Buenos días, Ella! - saludaba el joven con entusiasmo.

- Buenos días, ¿cómo estás? - respondía ella con una cálida sonrisa. Aquel joven, quien solía ser distraído y desorganizado, comenzó a esforzarse por mejorar sus tareas para impresionar a Ella. Se volvió más puntual, más atento y más responsable.

Sin embargo, su amor por Ella era un secreto que guardaba en su corazón. Un día, decidió escribir una carta expresando sus sentimientos. Con nerviosismo, se la entregó a Ella. Esta, con sorpresa, la leyó con una sonrisa en su rostro.

- ¡Es tan hermoso lo que has escrito! - le dijo Ella conmovida. A partir de ese momento, la relación entre ellos creció. Compartían charlas, risas y se apoyaban mutuamente en el trabajo.

Con el tiempo, el joven se dio cuenta de lo mucho que había crecido y aprendido gracias a su amor por Ella. Aprendió a ser más responsable, organizado y a valorar el trabajo en equipo.

Finalmente, un día, el joven reunió valor y le confesó a Ella sus sentimientos en persona. - Me siento muy afortunado de tenerte en mi vida, Ella. Eres una persona increíble y te quiero mucho. Ella, con lágrimas de emoción, le correspondió el sentimiento.

Así, juntos, continuaron creciendo en el trabajo y en el amor, demostrando que el cariño y la dedicación pueden llevar a grandes logros en la vida laboral y personal.

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