El Amor en mis Plumitas


Había una vez en la selva de Argentina, un pequeño gallito de la roca llamado Roco. Roco era diferente a los demás gallitos, ya que no tenía las plumas tan coloridas como ellos.

Siempre se sentía triste y desanimado por ser distinto. Un día, mientras paseaba por el bosque, Roco se encontró con su amigo Tito, un simpático tucán. Tito notó la tristeza en los ojos de Roco y le preguntó qué le sucedía.

"¡Hola Roco! ¿Por qué tienes esa carita tan triste?"- dijo Tito preocupado. Roco suspiró y respondió: "Tito, me siento muy mal porque todos los demás gallitos tienen plumas brillantes y coloridas, mientras que yo solo tengo estas plumitas grises".

Tito miró a su amigo con ternura y le dijo: "Roco, eres especial tal como eres. Tus plumas pueden ser grises, pero eso no define tu belleza interior ni tu valentía".

Roco sonrió tímidamente y preguntó: "¿Crees que pueda hacer algo para sentirme mejor?"Tito pensó por un momento y luego exclamó emocionado: "¡Claro que sí! Podemos ir a visitar al sabio búho Don Otto. Él siempre tiene respuestas sabias para todo".

Sin perder tiempo, Roco y Tito volaron hasta el árbol donde vivía Don Otto. Al llegar allí, encontraron al búho leyendo un libro. "Don Otto", saludaron ambos amigos al mismo tiempo.

El búho levantó la cabeza sorprendido por su visita inesperada y les dijo: "¡Hola chicos! ¿Qué los trae por aquí?"Roco, con voz tímida, contó su problema al sabio búho. Don Otto sonrió y respondió: "Roco, todos somos diferentes en este mundo. Y eso es lo que nos hace únicos y especiales.

No te compares con los demás. Enfócate en tus habilidades y encuentra tu propio brillo". Roco asintió pensativo mientras Tito agregaba: "Además, Roco, tienes otras cualidades maravillosas. Eres valiente, inteligente y siempre estás dispuesto a ayudar a los demás".

Los ojos de Roco se iluminaron al escuchar las palabras de sus amigos. Se dio cuenta de que no importaba cómo fueran sus plumas, sino quién era en su interior.

Desde ese día, Roco decidió aceptarse tal como era y comenzó a valorar todas las cosas positivas que tenía en su vida. Ayudaba a otros animales en la selva con sus problemas y siempre estaba dispuesto a hacer nuevos amigos.

Poco a poco, Roco se convirtió en un líder respetado entre los animales de la selva gracias a su valentía y bondad.

Y así fue como el gallito de la roca aprendió una importante lección: no importa cómo te veas por fuera, lo más importante es amarte a ti mismo tal como eres por dentro. Desde entonces, Roco vivió feliz rodeado de amor y amistad en la hermosa selva argentina.

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