El Amor en Villa Arcoíris
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Arcoíris, una niña llamada Luna. Luna siempre había sido una niña alegre y curiosa, le encantaba correr por los campos, trepar árboles y jugar con sus amigos.
Pero últimamente, algo extraño estaba sucediendo en su corazón. Una nueva niña había llegado al pueblo, se llamaba Sol y tenía una risa brillante que iluminaba todo a su alrededor.
Cada vez que Luna veía a Sol, sentía mariposas revoloteando en su estómago y su corazón latía más fuerte. Al principio, Luna no entendía qué le pasaba. Nunca antes se había sentido de esa manera por alguien.
Habló con sus amigos y amigas sobre lo que estaba sintiendo, pero nadie parecía entenderla del todo. "-¿Por qué me pongo nerviosa cuando estoy cerca de Sol? ¿Será que me estoy resfriando?" -se preguntaba Luna para sí misma.
Un día, mientras jugaba en el parque con Sol, esta última le dijo: "-Luna, noto que te sonrojas cada vez que hablo contigo. ¿Estás bien?". Luna sintió cómo las mejillas le ardían y decidió ser sincera con Sol. "-No lo sé muy bien...
es solo que cuando estoy contigo siento cosas raras en mi panza", confesó tímidamente. Sol sonrió dulcemente y tomó la mano de Luna. "-Creo saber lo que te pasa porque yo también siento lo mismo cuando estoy contigo", dijo con ternura.
Fue entonces cuando Luna entendió lo que realmente significaban esos sentimientos: estaba enamorada de Sol. A medida que pasaban los días, Luna y Sol compartieron momentos mágicos juntas. Se reían, jugaban y se apoyaban mutuamente en todo momento.
La gente del pueblo comenzó a darse cuenta de la hermosa conexión entre las dos niñas y las miradas llenas de amor que se dedicaban.
Un día, durante la feria anual del pueblo, Luna tomó valor y tomó la mano de Sol frente a todos. "-Quiero compartir mi vida contigo porque eres mi luz en medio de la oscuridad", expresó con determinación.
Las personas presentes aplaudieron emocionadas ante aquella muestra genuina de amor entre dos niñas tan jóvenes pero tan valientes para aceptar sus sentimientos. Desde ese día, Luna y Sol vivieron felices aventuras juntas en Villa Arcoíris sin importar lo que otros pudieran pensar o decir.
Aprendieron que el amor no entiende de género ni edad; simplemente llega para iluminar nuestras vidas cuando menos lo esperamos.
Y colorín colorado este cuento ha terminado pero la historia de amor entre Luna y Sol continuará brillando por siempre jamás en aquel pequeño rincón del mundo donde todo es posible si se ama con el corazón abierto.
FIN.