El Amor entre Libros



En una universitaria ciudad llena de libros y sueños, Lana y Tomás se conocieron en la primera clase de literatura. Ambos compartían una gran pasión por contar historias. En una de esas clases, la profesora les dijo:

"Hoy, formaremos grupos para nuestro trabajo final. ¡Elijan a alguien que les inspire!"

Lana, con su cabello rizado y un libro de cuentos en la mano, miró a Tomás, quien estaba escribiendo frenéticamente en su cuaderno.

"¿Te gustaría ser mi compañero de proyecto?" - le preguntó Lana con una sonrisa.

Tomás, levantando la vista por primera vez, respondió:

"Claro, me encantaría. Además, siempre quise contar una historia sobre un dragón que soñaba con ser pájaro."

A partir de ese día, su amistad floreció. Pasaban horas en la biblioteca, intercambiando ideas y risas, creando un mundo lleno de personajes fantásticos y aventuras. Al poco tiempo, se dieron cuenta de que se conocían mejor que nadie más.

Un día, mientras trabajaban codo a codo en una mesa del parque, Lana le dijo a Tomás:

"¿No es raro cómo, de un proyecto de clase, hemos construido esta amistad tan especial?"

Tomás sonrió y contestó:

"Es como si nuestras historias fueran las que nos unieron."

Con el paso del tiempo, empezaron a compartir más que libros. Se contaban sus sueños, risas y también sus pequeñas penas. Un día, mientras miraban el atardecer desde un mirador, Lana susurró:

"Creo que mis sentimientos por vos han crecido... no solo como amigos."

Tomás, sorprendido, sonrió y dijo:

"A mí me pasa lo mismo. Siempre pensé que estaba enamorado del mundo de los libros, pero ahora creo que estoy enamorado de vos."

Empezaron a salir como pareja, pero continuaron siendo los mismos compañeros de aventuras. Disfrutaban de cada momento juntos, como un viaje a la montaña o una cita en la heladería, donde seguían contando historias y soñando juntos.

Un día, mientras caminaban por su camino favorito, Tomás le mostró a Lana un pequeño anillo de oro que había hecho con la ayuda de un amigo:

"Lana, este anillo simboliza nuestra historia juntos. ¿Te gustaría casarte conmigo y seguir escribiendo nuestra historia para siempre?"

Lana, con lágrimas de felicidad, respondió:

"¡Sí, mil veces sí!"

La boda fue un hermoso día donde sus amigos y familiares celebraron su amor. Una vez casados, siguieron explorando la vida juntos, creando nuevas historias y recordando siempre cómo su amistad se convirtió en un amor inquebrantable.

Un tiempo después, decidieron abrir una librería juntos, donde invitarían a todos a contar sus propias historias.

"Cada libro tiene un mundo por descubrir, cada persona tiene una historia que contar", decía Tomás a los visitantes.

Y así, Lana y Tomás demostraron que el amor puede comenzar con una amistad sólida. La vida, como un buen libro, siempre tiene giros inesperados, pero lo más importante es compartirla con quienes amas. Y nunca olvides, que las historias más hermosas empiezan a escribirse con la tinta de la amistad.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

FIN.

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