El amor entre un dragón y una gallina


Había una vez en un lejano valle, un dragón llamado Drago que vivía en lo alto de la montaña.

Drago era un dragón diferente a los demás, ya que en lugar de querer quemar todo a su paso, le gustaba observar la naturaleza y cuidar de las flores y árboles que crecían alrededor de su cueva. Un día, mientras volaba por el valle, Drago vio a una gallina llamada Carmela que picoteaba el suelo en busca de gusanos.

Desde ese momento, el corazón del dragón comenzó a latir con fuerza cada vez que veía a la gallina. Se enamoró perdidamente de ella, pero sabía que su amor era imposible debido a sus diferencias.

"¡Carmela! ¡Carmela!" -exclamaba Drago desde lo alto de la montaña, pero la gallina no podía escucharlo. A pesar de saber que nunca podrían estar juntos, Drago decidió acercarse a Carmela para protegerla y cuidarla.

La gallina al principio se asustó al ver al imponente dragón cerca de ella, pero pronto se dio cuenta de que él no quería hacerle daño. Con el tiempo, Carmela y Drago se volvieron amigos inseparables.

El dragón construyó un hermoso nido en lo alto de la montaña para Carmela y todas las mañanas le llevaba gusanos frescos para alimentarse. A cambio, la gallina alegraba los días del dragón con sus cantos y trinos.

Pero un día oscuro llegó al valle cuando una manada de lobos hambrientos amenazó con atacar a Carmela. Sin dudarlo ni un segundo, Drago desplegó sus alas y lanzó llamas hacia los lobos para proteger a su amada gallina.

"¡No dejaré que les hagan daño!" -rugió el dragón mientras luchaba contra los feroces depredadores. Finalmente, logró ahuyentar a los lobos salvajes, pero quedó gravemente herido en el proceso. Carmela corrió hacia él preocupada y comenzó a picotear las hierbas medicinales para curar las heridas del noble dragón.

Los días pasaron y poco a poco Drago sanó gracias al cuidado amoroso de Carmela. Pero sabía que debía dejarla ir para mantenerla segura.

Con lágrimas en sus ojos escamosos, se despidió diciendo:"Mi amada Carmela, nuestro amor es imposible por nuestras diferencias... Debes volver al valle donde perteneces. "La gallina también derramaba lágrimas mientras abrazaba al gran Dragón:"Jamás te olvidaré... Gracias por todo lo que has hecho por mí.

"Y así fue como Drago dejó ir a su amada gallina sabiendo que siempre vivirían en el corazón del otro.

A partir de entonces cada vez que miraban hacia la montaña o hacia el cielo estrellado recordaban aquel amor imposible pero eterno entre un feroz dragón y una dulce gallina. Y colorín colorado este cuento ha terminado enseñándonos sobre el valor del sacrificio por aquellos seres queridos aún cuando las circunstancias sean adversas.

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