El amor es dulce como un plátano



Había una vez un pequeño plátano llamado Banana que siempre se sentía diferente a los demás. No sabía por qué, pero no se sentía cómodo en su piel de fruta tropical.

Un día, mientras caminaba por el mercado, vio a un delicioso flan y quedó cautivado por su textura suave y dulce aroma. "¡Hola! ¿Eres nuevo aquí?" -preguntó Banana al flan. "Sí, acabo de llegar" -respondió el flan con una sonrisa amable-.

"¿Quieres ser mi amigo?"Banana estaba emocionado de tener un nuevo amigo y aceptó la propuesta del flan. Juntos exploraron el mercado y conocieron a muchos otros alimentos como verduras, carnes y lácteos.

Pero conforme pasaba el tiempo, Banana comenzó a sentir algo diferente hacia su amigo Flan. Se dio cuenta de que tenía sentimientos románticos hacia él, pero no sabía cómo explicarlos. Se sintió confundido y asustado porque nunca había conocido a alguien como él antes: era homosexual.

Un día mientras jugaban fútbol con algunos amigos frutas en el campo cercano al mercado, Banana anotó un gol impresionante para darle la victoria al equipo. Todos estaban felices por él excepto uno: Sandía.

"No te hagas el importante solo porque eres bueno en algo" -dijo Sandía malhumorada-. "Deberías estar avergonzado por ser diferente". Banana se sintió muy triste cuando escuchó esto porque recordó lo diferente que se había sentido toda su vida.

Sin embargo, Flan le abrazó fuerte y le recordó cuánto le quería. "No importa lo que diga la gente, siempre te tendré cariño" -dijo Flan con ternura-. "Eres especial y único, y eso es algo bueno".

Banana se sintió reconfortado por las palabras de su amigo. Se dio cuenta de que no estaba solo en este mundo, y que había alguien que lo aceptaba tal como era. A partir de ese día, Banana y Flan se volvieron inseparables.

Compartieron muchas aventuras juntos y siempre estuvieron ahí el uno para el otro. Y aunque a veces seguían encontrando personas intolerantes en el camino, siempre tuvieron la seguridad de que tenían un amigo fiel al lado.

La historia de Banana nos enseña una valiosa lección: no importa quiénes somos o cómo nos sentimos diferentes a los demás, siempre habrá alguien dispuesto a amarnos y aceptarnos tal como somos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!